DOCUMENTOS SOCIALDEMÓCRATAS
““Recurso gubernamental y Ley de Amnistía”, por Carlos María Bru Purón.
9 abril, 2024
I.- UN PUNTUAL RECURSO DEL GOBIERNO DE ESPAÑA
Nos traen noticia los medios de comunicación acerca de la interposición por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional (TC), de un recurso por el que se impugna la reciente (20/02/24) admisión por la Mesa del Parlamento de Cataluña en cuanto a la práctica de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pretendía la obtención de las 50.000 firmas tendentes -nada menos- a “la declaración unilateral de independencia (DUI) de Cataluña”.
La admisión por la Mesa del Parlament utilizaba la Ley catalana (1/2006) sobre ILP, pero desoía su art. 1º, que reduce las materias objeto de la misma a las que sean “de acuerdo con la Constitución y el Estatuto de Autonomía (…)”; e incumplía sonoramente su art. 6º, a cuyo tenor son inadmisibles las ILP’s que “tengan por objeto alguna materia sobre la cual la Generalitat no tiene atribuida competencia” o “se refieran a una materia excluida de acuerdo con el art. 1º”
Evidentemente, la Mesa ha infringido su propia legislación al efecto, si bien se ha aprovechado de otra que -en consonancia con el unilateralismo rampante del ya caduco procés- establecía en 2014 (Ley 7, art. 4º) incentivos a “la difusión y promoción por parte del Parlament (…) participación ciudadana durante su tramitación parlamentaria”. Curiosa incitación, más bien empujón que, -en un texto mío de la época[1]– llevaba a preguntarme si la Generalitat iba a ser a la vez juez y parte de las Iniciativas Ciudadanas a su gusto e interés.
Como no podía ser menos, el Gobierno ha impugnado ante el TC el desaguisado llevado a cabo por la Mesa del Parlament y -a tenor del régimen procedimental de tales recursos ante el TC- la pretendida “iniciativa” (¿de quién?), queda automáticamente en suspenso por un periodo de 5 meses para la -de seguras arribada y bienvenida- sentencia revocatoria de la susodicha resolución de la Mesa. Ello, totalmente, conforme con la previa STC de 2017 que anuló las desdichadas Leyes catalanas de desconexión y transitoriedad, y confirmó la vigencia de nuestra Constitución en todo el territorio nacional.
II.- ANOMALÍAS PARLAMENTARIAS E INSTITUCIONALES
Referido Recurso gubernamental ante el TC frente a una anomalía, coincide temporalmente con otras dos de su género -eso sí, también perecederas- cuales son el presunto conflicto competencial que, en lugar de rechazar la proposición del Congreso
sobre Ley de Amnistía, presenta el Senado contra la otra Cámara, sin conocerse ante quién (¿TC?) ni para qué.
(Como ha argüido el exLetrado Mayor del Congreso, Sr. Alba Navarro, al Senado le cabe inadmitir el proyecto de texto legal llegado a sus manos, y con ellos el curso previsto en la Constitución, no inventarse un choque competencial que va al vacío ya que “Vd. Senado puede inadmitir, recomendar que se vete o sugerir que se enmiende”, no lo que ha hecho)[2]. Ergo, si el Senado persiste en su “conflicto”, perderá tiempo y energía, si no cobra oportuna reprimenda.
Otra anomalía radica en el Informe que -esta vez probablemente remunerado- ha expedido el llamado “Instituto de Estudios de Autogobierno” (Director Joan Ridao), “a instancia del President” y que -conculcando Sentencias del TC (la más contundente, la 103/2008 contra el Lendakari Ibarretxe)- deniega toda “consulta” que atente a la Constitución (CE), cuyos artículos 2 (“indisoluble unidad de la Nación española (…) patria común e indivisible de todos los españoles”) y 92 (desenvuelto por Ley 2/1984), echan por tierra, como ha sido echada, toda consulta que atente a la “unidad de la Nación”.
Por lo que, otro ergo, si ese Informe derivase en una suicida convocatoria de vaya a saber Vd. sobre qué, su destino recibiría otro oportuno varapalo: si es tema de campaña próximas elecciones, allá ellos…
III.- INMEDIATAS ELECCIONES Y PANORAMA DE LA OPINIÓN
Efectivamente y, descansando sobre la máxima normalidad cronológico-política, tenemos elecciones en Cataluña el 12 de Mayo próximo, y al efecto no sobra y es útil para conocer no solo los resultados en escaños sino la meteorología política ambiente, tener en cuenta las cifras oficiales que desde el estatal CIS y el autonómico CEO nos dan.
Pero hay que hacerlo de entonces acá, y al efecto es imprescindible recordar que en 2006, aprobado en todas las escalas parlamentarias y refrendado por voto popular (73´9 %) el Estatuto de Miravet, el mismo catalán (¿catalanista?) CEO cifraba en un 13´9 % el porcentaje de catalanes proclives a la independencia.
Eso sí, aprobado pero en suspenso Miravet, la campaña en su contra por parte del Partido Popular (”¡a por ellos!”, urnas en Colon a manos de Rajoy, boicot al cava, otros gestos adyacentes…), más el recurso ante el TC y -2010- insostenible Sentencia de éste que llegaba a denegar el carácter nacional a la CA catalana cuando nadie había reprochado la misma auto-nominación andaluza en su propio Estatuto…todo ello procuró al independentismo el exquisito regalo de una multiplicación por 3.7 veces, desde las cifras anteriormente señaladas hasta el entonces inédito 48.5 % de Síes al independentismo.
Ambiente que los partidos catalanes de tal tendencia aprovecharon para llevar al Parlament el 10/10/2017 el Projecte de Transitoriedad Jurídico y Fundacional (por cierto, denegado por Puigdemont, y aprobado en Sala ad hoc) y, consecuentemente remitida al Govern 17 días después. Decidida correctamente por el Gobierno de España la aplicación del art. 155 de la CE y en vigor desde su aprobación por el Senado el 27 de
mismas fechas, a más de la intervención de la Generalitat por 7 meses y el sometimiento a juicio y posterior condena de los responsables de la fechoría, la legalidad se restableció pero los datos de opinión pública catalana viraron en 2018 hasta el inédito 58,3 % independentista (de nuevo, CEO, indiscutible).
Esto así, con Gobierno Sánchez tras moción de censura, el problema sigue pero -tras mesas de diálogo entre Gobierno y Generalitat, indultos a 7 condenados (2021), etc.- los sondeos de opinión de todo color coinciden en ofrecer una continua tendencia a la baja, hasta cifrar en 2022 todo apoyo a la DUI en un 41%. Más aún: los resultados de las elecciones generales de julio 2023 nos dan el significativo dato de que el PSC solo sobrepasó por 498.026 votos a la suma de los de ERC y Junts y, en general, los 864.311 votos independentistas quedaron muy atrás de los 2.448.694 de carácter autonomista.
Lo que parece quedar corroborado por los pronósticos sobre las inmediatas elecciones catalanas: 52,2% autonomista frente al 39,5 independentista (datos Universidad de Barcelona) y en concreto (CEO Mayo 2024), un 65% corresponderá a la suma de votos de PSC, PP, Vox y Cs, y un 42% para la de ERC , Junts y Cup.
Veremos pero, mientras tanto, ¿quid de la Amnistía?
IV.- DE LA VIRTUD, NECESIDAD
La Proposición de Ley tendente a una “Ley Orgánica de Amnistía” presentada el 12/XII/23 por el Grupo Parlamentario Socialista de la Cámara Baja, iniciada su tramitación en dicha fecha, viene sufriendo toda clase de baches hasta hacer del tema algo cansino a la par que preocupante.
El primero de ellos, el previsible retraso a sufrir en el Senado dada la muy oportuna -oportunista- modificación reglamentaria para éste, incoada por el Partido Popular. Esto significa que es muy difícil la aprobación antes de junio próximo.
Por otra parte, una orquestada campaña doctrinal de que es ejemplo la publicación de un volumen[3] cuyo contenido mayoritario es reproducción de artículos en ABC, “El Español”, “Libertad digital”, etc., muestra evidente de beligerancia.
Y los retrasos y hasta previsibles parones judiciales a la aplicación a individuos enjuiciados, consecuencia de la elevación a instancias europeas (prejudicial ante TJE en base a Carta de Derechos Humanos), de nulo probable resultado pero de no cifrable frecuente intento, dada la experiencia de Jueces capaces de la acometida de presuntos hechos punibles por delante de su calificación real. (Ejemplo, la calificación de “terrorista” a un altercado por coincidir con una muerte natural por infarto ocurrida a un ciudadano). O, en general, la resurrección a que constantemente se dedica el respetable Sr. Juez García-Castellón, respecto medidas antes yacentes (4 años), de impepinable fracaso pero capaces de retardar los procesos.
(Claro que todo es de esperar, desde el punto de vista doctrinal, de un Sr. Juez que argumenta estar prohibida la amnistía no obstante su silencio en los textos legales, dado que “también se silencia la esclavitud, también delito”: olvidadizo García-Castellón de sí estar penados secuestro y trabajo forzoso).
Pero, de otro lado, considero grave error dialéctico el del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez al haber justificado la promoción la actual – y ya cansina- amnistía propugnada por el Grupo Parlamentario PSOE del Congreso, como “hacer de la necesidad virtud”. Muy al contrario, la virtud radica en esta amnistía en sí, se hacía y se hace en estos momentos necesaria, aplicarla es su virtud: indultados -sin ulterior jaleo mediático- los 10 políticos protagonistas del procés, sería de máxima injusticia el mantenimiento de los cargos procesales recayentes sobre un millar de funcionarios y militantes políticos subalternos que no hicieron sino secundar las indicaciones, frecuentemente órdenes, de sus superiores hoy en la feliz calle.
Y porque en términos generales, no existe remedio político garante de la paz que no haya cancelado el castigo a los previos desmanes que la alteraron.
Veamos, a este respecto, una
V.- HISTORIA (breve) Y NATURALEZA DE LA AMNISTÍA
Como es conocido, cuando en el s. IV a.C. la concede el militar ateniense Trasíbulo a los derrotados “30 Tiranos” y -significativamente- obtiene el premio de una corona de olivo, signo de paz y no de victoria como la de oro significaba en aquellos tiempos… de entonces acá la repetida Amnistía ha venido desplegándose con asiduidad y -en general- beneficio común de concedente y amnistiado.
A lo largo de los siglos d.C. se han llevado a cabo innúmeras Amnistías, rige la Institución en variados Estados democráticos (Francia – que las ha prodigado-, Italia, Portugal, Dinamarca), y la han regulado legislaciones ad hoc en otros países (RFA respecto las “traiciones” perseguidas por los nazis, Reino Unido para las troubles ocurridas durante el conflicto nor-irlandés, etc.).
Y en cuanto a España, recordemos: desde la amnistía concedida por Carlos V a los comuneros, Felipe IV a los catalanes sublevados, Felipe V ídem , Mª Cristina a liberales y su hija a carlistas, frustrado intento de mi antepasado Primer Ministro Joaquín Mª López a militares sublevados (Olózaga la revocó y volvió a las andadas); las de Alfonso XIII , en la II República la del 31 sobre delitos de prensa e imprenta y, en el 36 la de Azaña capaz de haber evitado el golpe de Estado si no fuese ya decisión inconmovible de Franco y suyos, también la que califica el Profesor Miguel Satrústegui[4]– como “auto-amnistía” (yo diría “cínico-amnistía”) del mismo General para sus partidarios desde el 14/4/31 al levantamiento, hasta llegar a la tan conocida, ya necesaria por y para todos, comprensiva tanto del Real Decreto Ley de 30/07/1976 cómo de la Ley de 15/10/1977… todas ellas han mostrado -otra vez Satrústegui- su “eficacia relativa cómo el carácter endémico de los problemas a los que se ha enfrentado nuestro constitucionalismo”.
Y la distinción – conceptual y necesariamente jurídica- entre “amnistía” e “indulto” nos viene asentada -nada menos- desde el Diccionario Etimológico de Roque Barcia (1.880), donde la primera es “perdón y olvido de faltas cometidas” y el segundo es “remisión de una pena impuesta”.
El indulto, (regulado por la Ley de 18/06/1870, modificada por la 1/1988, atribuida su concesión – a través de la “gracia” (Artº 1, i, CE) al Rey- pues, se dirige a determinadas
personas y en una situación penal determinada. La amnistía – lo anticipó el citado Trasíbulo (“nadie acusado por cosas pasadas”)- se enfrenta a hechos en sí, quienesquiera sean sus autores y el grado de imputación.
Ello conlleva la insostenibilidad de esa frecuente condena a la actual Proposición de Ley, basada en que “contradice la igualdad de los españoles”. No se trata de éstos, se trata de unos aconteceres determinados por su naturaleza (presuntamente criminal), su localización y enmarque entre dos fechas (hoy, tras una reforma de la Proposición, entre el 01/XI/2.011 al 13/XI/2.023).
Asimismo, la amnistía se libra de la prohibición legal de “indultos generales”, ya que estos comprenderían – de estar insertos- nombres y apellidos de los ya condenados o en proceso judicial, mientras que la amnistía ignora de antemano el quien sí y el quien no: delimitado el hecho, al Juez corresponderá aplicar el cierre a los ya en carpeta más a los por llegar, insertos en dicho ámbito.
Dicho en términos coloquiales, es un “pasar página”, eso sí, de alta envergadura política, por lo que su promulgación ha de ser -lo es la presente- a través de Ley Orgánica (Proposición a la Mesa del Congreso de fecha 13 /XI/2023).
Requisito en aras de cumplimentación mediante el -insisto- fatigoso discurrir actual de la Proposición, ajeno a maniobras tangenciales y sin destino como el novelesco conflicto interinstitucional arriba citado, cuya -dudosa- tramitación en el Tribunal Constitucional no paraliza la de la L.O., por lo que su entrada en vigor -cuestión de tiempo, a más de fondo- es segura.
VI.- Y LA COMISION DE VENECIA HABLÓ.-
Instada por el Senado español, de mayoría absoluta del Parido Popular, la Comisión de Venecia, dependiente del Consejo de Europa a que pertenecemos y plenamente competente en la materia, ha emitido con fecha 02/03/2024 un Dictamen al efecto que corrobora al máximo las legitimidad, legalidad y pertinencia de la Proposición española. Declara las Amnistías ser un instrumento de “normalización política y social” y de “reconciliación”, atinente a las “conductas”, lo que la diferencia de los “indultos”. Requiere un refuerzo legislativo que en nuestro caso se da a partir de la naturaleza “orgánica” de la Ley y consiguiente exigencia de mayoría absoluta. Por ello, concluye que la prevista para Cataluña atiende a “un objetivo legítimo”.
Queda dicho.
VII.-CONCLUSIÓN.-
Tumbados con toda contundencia los recientes intentos de Iniciativa – origen Parlament, origen ILP- independentista, por borrar o ya borrados dolor y rabia persistentes mediante la entrada en vigor de la “Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña”, el panorama de las próximas elecciones en esa “nacionalidad” (¿cuándo corregiremos ese error lingüístico del artículo 2º CE: a “regiones” debería contraponerse “naciones”?), se presenta tan normal como en cualquiera otra Comunidad Autónoma.
Tan sólo saber si el candidato hoy a 30 kms. de la frontera francoespañola, abandonado el lujoso alojamiento waterlooense, quizá aún con resentidas vértebras tras largo y no muy digno kilometraje escondido en maletín, y al parecer cabeza de lista de Junts, será atendido por un electorado dotado de memoria y harto de aventuras.
[1] Trabajo fin de Master de Dº Int. Publ. en UCM, recogido y ampliado en Bru Purón, C. M. “La Iniciativa Ciudadana Europea”, BOE Derecho Público 2022, pag. 125
[2] Vide El País 29/03/024, M. Alba “Jamás se había producido esta falta de respeto del Senado al Congreso”
[3] Vide Aragón (M) & allia, “La Amnistia en España”, ed. Collex 2024
[4] Vide Satrústegui Gil-Delgado, M., en revista digital “Hay Derecho”, 02/11/23
“En memoria de Eugenio Nasarre (q.e.p.d.)”, por Carlos Mª Bru Purón.
(Intervención en la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados-4 de Marzo 2024)
Sr. Presidente y Miembros de la Mesa, querida viuda e hijos, restante familia y amigos de Eugenio:
En este justo acto en memoria del admirado y añorado Eugenio, tan rápida e inesperadamente fallecido, el testimonio que por mi parte ofreceré discurre por encima del desnivel de los más de 20 años de edad que yo le llevaba.
Es así como tiempo después del Contubernio de Múnich en que yo participé junto con antecesores de queridas personas aquí presentes, Eugenio transitaba por aquel local de la Gran Vía y, con otros jóvenes, nos ayudaba a los socios de la entonces semi-tolerada Asociación Española de Cooperación Europea (AECE) en nuestra pertinaz defensa de Europa y la Democracia.
Y supe -Eugenio no hacía gala de ello- que Agregado en la Embajada Española en Roma, sus reservas respecto del Régimen le hicieron soportar un trato inaguantable, y el sobrevenido cese decretado por el Ministro franquista de entonces.
Nuestra amistad y complicidad política se mantuvieron, y pronto coincidimos en el clandestino partido político denominado Izquierda Demócrata Cristiana, después reducido el nombre a Izquierda Democrática (ID) por precisa indicación -en consonancia con el criterio del Vaticano- del teólogo José María Martín Patino, pro-vicario de la Archidiócesis de Madrid.
Ambos en ID, días satisfechos, días un tanto enfadados entre nosotros o con nuestro preclaro Joaquín Ruiz-Giménez, siempre movidos por el ejemplo de éste, en aquella Organización clandestina trabajamos e, iniciada la Democracia, nos metidos de lleno en la necesaria pero incómoda tarea electoral.
Tarea dotada de goces -apoyo de “Cuadernos para el Diálogo” y otros incipientes medios de comunicación libres, adhesiones personales múltiples, etc.- pero también de sinsabores, así aquellas jornadas de abril 76 en los Sagrados Corazones de El Escorial, en que significados miembros del partido (Álvarez de Miranda, Cavero, Ruiz-Navarro, Alzaga, etc.) abandonaron la Organización para pasar -lo supimos ulteriormente- a un Partido propicio a integrarse en la incipiente Unión del Centro Democrático (UCD) a liderar por Suárez. Y recuerdo que, clausuradas las sesiones y a una avanzada hora de la noche, Eugenio y yo hicimos kilómetros en su coche para desplazarnos hasta mi despacho notarial, al efecto de sacar fotocopias de las Actas que con alguna vieja máquina de escribir se habían redactado tras la celebración del encuentro, más bien desencuentro.
Y así seguimos cerca de dos años más, con el intermedio de las primeras elecciones generales, junio del 77 y el -“¡no seamos chafones!”- glorioso descalabro de nuestra candidatura gemela con la de Federación Popular Democrática presidida por Gil-Robles Quiñones, integrantes con otros partidos del denominado “Equipo de la Federación Española de la Democracia Cristiana” (y de “los grandes Expresos Europeos”, según irónico añadido de algún comentarista).
Trabajo firme e inmediato fracaso, pero siempre buen ánimo, como el que nos indujo a Eugenio y a mí mismo, junto con Jaime Cortezo y otro, a la publicación de una semblanza de ID, de la que he encontrado algún ejemplar en mi biblioteca y cuya portada exhibo a ustedes, no creo que muchos circulen ni raros coleccionistas los conserven. Y el texto comprendía nuestro programa electoral, democratizador, liberal y socializante al máximo, aspecto este último en que no nos ganaba ni la extrema izquierda, quizá para superarnos, estaría el Partido Carlista de Carlos Hugo. Así, por ejemplo y literalmente, “repulsa del capitalismo”, “empresas socializadas, auto-gestionadas y de propiedad privada,” etc., etc. (Con humorismo nos decíamos ser capaces de proponer la municipalización del repertorio casero de escritorio, cocina o comedor, etc.).
Y, pertinaces, aún seguimos durante la época que el culto militante García-Barbón describió con acierto como “Fulgor y Cenizas de Izquierda Democrática”, hasta la extinción y cancelación registral del partido, ocurrida en 1978.
Mientras tanto, la elaboración y arrolladora aprobación de la Constitución. Muestra del talante progresista de Eugenio, me manifestaba entonces su gran contento por el apartado 2º del artículo 9 del texto fundamental donde, a tenor del precedente italiano, se promueve una igualdad social efectiva, la remoción de los obstáculos a la misma, así como la participación en la vida económica, cultural y social.
Y extinta ID, tuvo lugar simultáneo giro en diversas direcciones por parte de unos y otros miembros, bien -quizá los más sensatos- “hacia casa y a lo mío”, bien por la mayoría -entre ellos nuestro querido Eugenio- hacia UCD, mayoritariamente integrada después en el Partido Popular; bien por otros, minoritaria y personalmente yo mismo, en el PSOE, así los inmediatos Senadores de dicho Partido (García Oliva por Cantabria, Carmen Delgado por Castilla-León), ulteriormente Directores Generales tales como Gutiérrez-Morlote (de Sanidad), Medrano Fuster (de Costas), etc.
Y Ruíz-Giménez, faro de nuestra común admiración, respetado por todos los españoles, en sí volcado en familia, amigos y ONG’s, entonces disponible para el futuro cargo, nunca tan bien designado (diciembre 1982), de Defensor del Pueblo.
El compromiso técnico y político ulterior de Eugenio Nasarre fue firme y de extraordinarios resultados: escaño en el Congreso, Subsecretarías, Secretaría General de Educación, Direcciones Generales de Asuntos Religiosos y de RTVE, Departamento de Estudios de Presidencia del Gobierno, etc.
Y algo muy importante, su continua y exitosa labor en la sociedad civil.
En ella, y donde más cerca hemos seguido con él, a destacar su magnífico papel en el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo. Recuerdo que -con el triunfo electoral del PP en 2012 y aplicación del tradicional hábito en nuestra Organización de atribuir la Presidencia a un miembro destacado del partido gobernante, cesado yo y sucesor a designar- cuando José Mª Gil-Robles Gil-Delgado y yo mismo buscábamos un nombre a proponer a respectivos Partidos, simultáneamente surgieron de los labios de uno y otro dos palabras: “Eugenio – Nasarre”. Quien unánimemente fue designado Presidente en la Asamblea de la Organización, y su labor hasta -por el mismo mecanismo partidista- el posterior ejercicio de la Vicepresidencia, han sido loables, como Francisco Aldecoa -Presidente actual- nos ha hecho ver hace instantes.
Nuestra amistad se ha mantenido en grado máximo. Y más de una vez la hemos hecho efectiva en un discurrir conjunto -animado de conversación, a veces discrepante, siempre amistosa- por la común calle de Lagasca, domicilio de los Nasarre en uno de los edificios de primera numeración, domicilio de los Bru en numeración ulterior: nuestro paseo paralelo viniendo a desmentir el omnímodo monopolio de tal vía urbana por parte de los llamados “cayetanos”.
Para terminar y no cansar a Uds., creo recordar que recientemente y ante la aparición de un digital de signo democristiano, Eugenio comentó, “¡hombre, espero releer a Jacques Maritain!”. Con nuestro añorado amigo, quiero extraer del pensamiento de aquel filósofo, un apotegma que tan bien le encajaría a nuestro hombre, a cuyo tenor hay tolerancia cuando quien está convencido de su verdad, reconoce el derecho de otros a la suya propia, hasta alcanzar juntos la que será común.
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“En memoria de Fernando Álvarez de Miranda”, por Carlos Mª Bru Purón.
Intervención de Carlos Mª Bru Purón en el Congreso de los Diputados el 12 de enero de 2024.
Estimada Sra. Presidenta del Congreso, querido Ramón y demás componentes de esta mesa, querida Luisa e hijos y descendientes de nuestro añorado Fernando, con unas breves palabras me sumo al recuerdo que esta Institución y unas Organizaciones afines, nos han traído respecto al centenario que en estas fechas habría cumplido Fernando en vida.
Y aplaudo iniciativas como ésta porque, de personas que en la vida social y política y -sobre todo- en las familiar y de amistad, un homenaje no exige más presencia -a falta de la física-, que la profunda e imborrable del recuerdo: no son los 100 años lejanos, son los 100 años cercanos.
I.- Si algo pudiese modestamente aportar quien les habla respecto a la biografía de Fernando, hay que no ya remontarse, dar un salto apocalíptico hasta los años 50 del pasado siglo. Un alumno de últimos de Derecho llegó a conocer a un significado Profesor de Derecho Procesal Civil de la Complutense. Y éste mostró a aquél el plausible derrotero que para un mínimo de paz y justicia en nuestro país significaba la aproximación a D. Juan de Borbón, exiliado en Estoril.
Incorporado quien les habla a las incipientes “Juventudes monárquicas”, en cierta ocasión que junto con el recordado Rafael Márquez Cano ostentábamos en el ojal de la chaqueta la insignia “J-III” y ello nos ocasionó encierro y paliza por parte de comandos falangistas pertrechados de arma blanca, ello dio ocasión a que un comando -¡faltaría más!- monárquico encabezado por el añorado Jaime García de Vinuesa nos liberase, no sin alguna que otra herida. La inmediata y afectuosa visita en mi domicilio por parte de los dirigentes de Unión Española -Joaquín Satrústegui, Jaime Miralles, Vicente Piniés y (por supuesto) Fernando- me abrió el paso a la Organización y -seguidamente- una vez ganadas mis oposiciones a Notaría, periódicos desplazamientos a Villa Giralda donde dábamos con el afectuoso recibimiento por D. Juan, el un tanto reticente por Dña. Mª de las Mercedes y la amigable curiosidad de un chaval de 10 o 12 años, denominado Juan Carlos me preguntase: “¿no es verdad que ustedes los Notarios ganan mucho dinero?”.
Visitas frecuentes que culminaron en la famosa cena del día de San Juan 1974 en que D. Juan dejó bien sentado su proyecto democrático y, a la par, europeísta.
II.- Y europeísmo -medio y meta- al 100%. En un emblemático local -hoy recordado por una placa en la fachada- del edificio 43 de la entonces avenida José Antonio, hoy recuperada Gran Vía, los socios de la semitolerada “Asociación Española de Cooperación Europea” (AECE) trabajábamos y -por supuesto- conspirábamos a través de antedichos medio y meta. En los 60’s los encuentros eran casi diurnos, para mayor esfuerzo de su Secretario General, no otro que Fernando.
Y tras la solicitud franquista de negociación para unas relaciones española con las entonces Comunidades Europeas, y subsiguiente cortés acuse de recibo pero callada por respuesta bruselense, tras Informe Birkelbach aclaratorio de los requisitos democráticos de todo Estado para su incorporación a Europa; y -por si fuere poco- el contundente Informe Rengen fruto de los diversos testimonios de personalidades del exilio (Llopis), del Régimen (Fraga), y de la AECE (Fernando, acompañado de Íñigo Cavero, José Luis Ruiz-Navarro y yo mismo) en el Comité de “Naciones no representadas” del Consejo de Europa.… todo ello marcó la ineludible necesidad de reunirnos en el seno del Movimiento Europeo Internacional para dejar bien sentada la vía, por supuesto democrática, de nuestra incorporación a la ya exitosa unificación europea. (Esto seguido de cortés visita nuestra al Cónsul español en Estrasburgo, de quien recibimos estentórea reprimenda con portazo nuestro y de la que dicha persona, muerto Franco se desdecía -¡estos “demócratas de toda la vida”!- con todo desparpajo.)
Tras nuestra fracasada reunión en Mallorca, prohibida a última hora por Gobernación, celebrar otra en Múnich estaba totalmente justificado, y así se le hizo previamente conocer al Gobierno franquista no obstante lo cual, a posteriori, éste se hiciese de nuevas. De toda la opinión pública española y, más aún, de los aquí presentes, son bien conocidos los pormenores -y “por mayores”- de aquel “Contubernio”, denominación que graciosamente -y de agradecer- nos regaló el Régimen franquista a los 80 del interior y 38 del exilio.
“Pormenores”, los interrogatorios y privaciones de pasaportes, etc., a quienes no salimos del todo mal del evento. “Por mayor”, la elección impuesta a unos 40 de los participantes entre exilio o confinamiento canario, con sacrificio de vida familiar, profesional y económica al respecto. De la estancia próxima al año de Fernando y otros tres en Fuerteventura, nos han traído buen recuerdo los textos genéricos de historia y los concretos de Satrústegui y de Fernando en sus memorias.
Sólo decir que los librados de las citadas sanciones mantuvimos la vida de la AECE al máximo, incluida incorporación al libro de actas la Propuesta pre-Múnich, firmada por mí como sustituto del Secretario General Fernando y por Aguilar Navarro, del Presidente Gil- Robles Quiñones.
Y que nuestra correspondencia epistolar estaba llena de claves para eludir la omnipresente censura. Así en el aspecto partidario de la clandestina “Democracia Social Cristiana” a que tanto Fernando como yo pertenecíamos, el noticiero que yo enviaba se refería a los “del carromato” (los de más edad y conservadores), los “ciclistas” (nosotros mismos, perfectos, “¡faltaría más!”) y los “del patinete” (los jóvenes universitarios del “¡a por todas!”).
Y al señalar las maniobras e infundios que, aún dentro de la supuesta confraternización opositeril, se dieron tal la impresentable contra Fernando por razón de su aceptación de ser Miembro del Consejo Privado de D. Juan una vez éste noblemente arrepentido de su originario y equivocado repudio de Múnich.
A recordar nuestros comunes criterio y acción en la semi-tolerada revista “Discusión y Convivencia” (equivalente en siglas a Democracia Cristina), nuestra también común incorporación a Izquierda Democrática presidida por Joaquín Ruiz-Giménez, la simultánea detención a mí y otros firmantes en pro de la liberación de los procesados en Burgos (1970) y breve deportación de Fernando a un pueblecito aragonés. Y -muerto Franco y en plena Transición- las ulteriores desavenencias respecto a la incorporación de la DC a la Platajunta, las para mí dolorosas escisiones por parte de Fernando y otros amigos para formar un nuevo partido después incorporado a la Unión del Centro Democrático, el sonoro fracaso de nuestra “Federación Demócrata-Cristiana del Estado Español” (jocosamente por alguien rubricada con “y de los grandes expresos europeos”) en las elecciones del 77, el arrollador triunfo de UCD seguido por el PSOE, y la tan debida designación de Fernando como Presidente del Congreso de los Diputados.
Poco diré -otros lo han hecho y lo harán mejor- sobre esta distinguida y exitosa etapa política de Fernando, su siempre empeñada labor de parlamentario por la provincia de Palencia, y de los subsiguientes cargos de Embajador en la República de El Salvador y Defensor del Pueblo.
De este cargo, el anecdótico dato de que Fernando, viajero incansable, hubo de ser localizado por mí a requerimiento de Joaquín Almunia quien, reunido con Rodrigo Rato, en nombre de respectivos Partidos mayoritarios, querían conocer su asentimiento al nombramiento, por fin ejercido con alta calidad por el propuesto.
Y de tanto como cabría hablar del magnífico ejercicio de la Embajada por parte de Fernando y Luisa en la República de El Salvador, tan solo un apunte: en reuniones con el Padre Ellacuría y demás Jesuitas de la UCA, la audaz visión por parte de éste de que el deseable encuentro habría de realizarse de extremo a extremo, de los guerrilleros al ultra Cristiani, porque en el “centro” se logra por vía convergente, paso adelante alguno de lado y ninguno atrás.
Y el recuerdo doloroso de que el paso atrás vino por un Alto Mando militar asesinando a aquellos abnegados jesuitas y dos mujeres colaboradoras, crimen nunca al fondo indagado como repetidamente denunció Fernando.
Era Fernando católico auténtico, su práctica de la religión puede quedar definida por las recientes palabras del Papa Francisco cuando dice “el don de la fe no nos es dado para quedarnos mirando al Cielo, sino para avanzar por los senderos del mundo como testigos del Evangelio (y) abrir destellos de luz en (…) tantas situaciones sociales (…) en las realidades de cada día (…)”
No hay mejor ejemplo del paso firme de un político y jurista por esos senderos de la justicia social en el día a día y por vida, que el que nos dio esa persona que tanto realce dio a ésta, de por sí, respetable casa.
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La Ley de Vivienda y los rebuscados efectos perversos”, por Carlos María Bru Purón.
Entre otras adecuadas medidas, la reciente Ley 12/2023 de 24 de mayo, “por el derecho a la vivienda”, establece en su Disposición Final 6ª a) y b), una contención al incremento de la renta, imperativa caso de que el propietario sea gran tenedor, subsidiaria -es decir, salvo acuerdo- en los demás casos. Tal incremento de la renta no ha de exceder en un 3% para las actualizadas durante 2024 y con arreglo a índice que se establecerá para las de 2025.
Y el Real Decreto Ley (RDL) de 27 de junio de este mismo año corrobora el tope del 3% durante 2024, con la innovación de permitir una subida de hasta un 10% si el dueño ha llevado a cabo reformas aceptadas por el inquilino que supongan mejoras habitacionales; a más de prorrogar durante 6 meses a partir del 30 de julio los contratos extintos.
Una y otro, Ley y RDL, Disposiciones legales las más próximas y visibles sobre una materia candente cual la seguridad habitacional, están dando lugar a ciertas dudas interpretativas, pero sobre todo a las inevitables críticas a dichos textos.
Escasos los reproches pro-inquilinos (así los del partido político Podemos con acusación de “rentismo”), son constantes y poderosas las que desde ámbitos políticos y plataformas financieras apoyan -sí o sí- a los propietarios arrendadores, esos -según Branco Milanovic-“capitalistas cotidianos” [1]
Algunas críticas se basan, sí, en dudas sobre la aplicación legislativa. Por ejemplo, la de la prevalencia o no del tope del 3% traído por la Ley 12/23 con respecto a otros topes, tales el genérico de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que somete las subidas de alquiler al Índice de Precios al Consumo (IPC), cuya aplicación rebajaría tal subida al 1,9%. Parece que sí, según juristas (p. ej., L. Delgado, miembro del despacho “Legalitas”) y, sobre todo, según el propio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA). Pero la diferencia sería mínima (1 a 2 euros/mes para rentas inferiores a los 1.000 mensuales), y el criterio dominante no podía ser -en aplicación del principio general de la LAU en favor de inquilino- sino el de la menor subida.[2]
Pero vayamos a las duras e incansables – en eso trabajan numerosos media- críticas contrarias a los intereses del inquilino, olvidadizas cuando no despectivas del principio contenido en el art. 47 de nuestra Constitución, que reconoce a los españoles el derecho a una “vivienda digna y adecuada” y establece que los “poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”.
Críticas discutibles en lo técnico, como la de la Abogada del Estado Elisa de la Nuez[3] cuando asevera que “las comunidades autónomas no tienen por qué aplicarla” (referida L 12/23). Sin embargo, hay en dicha Ley una Disposición Final 7ª 1) que acude a la solución opuesta: “Esta ley se dicta al amparo del art. 149.1, 1ª y 13ª de la Constitución que atribuye al Estado las competencias para regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles (…), y las bases y coordinación de la planificación general de la actividad económica, respectivamente”. Lo cual viene a reforzar un principio también constitucional, el recogido en el art. 150.3) CE, a cuyo tenor “el Estado podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las Disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aún en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general”.
Y crítica simplista por parte de dicha autora cuando define las medidas de la Ley 12/2023 como “cortoplacistas y resultonas”, en su conjunto insertas en un “legislar para la foto”.[4]
Pero la mayoría de las críticas se basan en el -dialécticamente útil, racionalmente débil, de escaso basamento fáctico- argumento de los efectos boomerang. O -utilizando la preclara terminología introducida por Albert Otto Hirschman- los de “resultados perversos”: aquéllos contraproducentes que bien automáticamente, bien -mal- a través de la reacción negativa de los poderosos, son detraídos en perjuicio de los, hasta ese momento, beneficiarios.
En una obra clásica[5], el citado Hirschman (recordemos, hermano de Úrsula y por tanto cuñado de Altiero Spinelli, a quienes acompañó y apoyó cuando la deportación fascista en la Isla de Ventotene), Albert Otto -repito y sigo a la Catedrática Beatriz Gallardo-[6] criticó e inclusive caricaturizó esa “perversidad”, intrínseca a todo avance, que los reaccionarios elaboran en su mente para hacerla realidad.
Como ejemplos, a lo español, de esa apocalipsis fatalmente consecuente con la famosa perversidad, la citada Catedrática nos ofrece un surtido de males predecibles: dictadura, excarcelación de terroristas,… “no habrá pisos de alquiler”.
Veamos algunos de los más frecuentes pronósticos -enunciados por sí, también movidos por lobbies- relativos al que es objeto de este texto, el inquilinato de vivienda corriente y moliente. Así, según A. de la Fuente (Corporatre Finance Colliers) la Ley 13/2.023 ocasionará “retirada de éstas (viviendas) por parte de muchos propietarios”[7]. O, a tenor de Miriam Goicoechea (Research CBRE Iberia) se darán efectos contraproducentes, como los “alquileres de temporada”[8]
Lo que culmina en A. Ramírez Cerezo, quien, en varias colaboraciones de signo económico con el Diario ABC, nos advierte que el “dardo envenenado” de la Ley provocará no solo la disminución de salidas al mercado, sino también la “fuga de caseros”[9]. Y, por si fuere poco, junto con Bruno Pérez, Ramírez prevé que la reacción de los caseros va a ser, nada menos, que una “desbandada”[10]
A la vista de tales augurios -¡oh “perversidades” puestas a punto por Hirschman!-, cabe preguntarse:
How tal desbandada?
Partiendo de los caseros, vivan en Galapagar o en Massachusetts, igual da que permanezcan o se vayan, para referidos autores críticos son las propiedades quiénes hacen turismo, de mano en mano o hacia el cero total. Pero de mano en mano -vender- no parece fácil sí, dado el nubarrón de críticas a la medida legislativa, pocos van a invertir en tan negativo negocio: no habrá compradores.
Otra solución consistiría en dejar vacío el piso y esperar que escampe, pero ¿hasta cuándo prescindir del ingreso mensual, tan beneficioso para su perceptor sea la cuantía modesta, media o suculenta?
Y que se sepa, hoy por hoy no cabe el embalaje de pisos y ¡click! , desvío al estilo de los productos financieros o entramados societarios a lo ferrovialiano: lo inmobiliario es -sospecho- un tanto inmóvil, aquí te quedas, piso.
Y como el arrendador insatisfecho -¿hay quien no lo sea en temas relacionados con la pasta?-, si encima atiende los presagios agoreros respecto de la tan citada Ley y comulga con las críticas arriba reseñadas y tantas otras, no le quedará sino el cabreo. Contra el mundo, pero quizá e injustamente, contra el inquilino, esa persona que -española o no- tiene en nuestro país derecho a una “vivienda digna” (art. 47 CE).
Pero tengamos en cuenta, psicológicamente hay retorno, los tiros cabe que algún día apunten contra esos politizados comentaristas que le calentaron el seso con el machaque antigubernamental.
¡Oh perversidad de la perversidad!
[1] Vide Milanovic, B, “Capitalismo nada más”, Ed. Taurus 2020, pág. 233
[2] Vide Diario El País 01/07/2023
[3] Vide E. de la Nuez, “Campaña electoral: prometer para la foto”, Diario El Mundo de 24/05/2023
[4] Vide E. de la Nuez, idem
[5] “La retórica reaccionaria” 1991, trad.española 2.020 CasadelLibro.
7 Vide en artículo de Alicia Alonso, ABC 21/05/23.
8Vide El País 02/06/2023
9 Vide Diario ABC 21/05/2023 en el artículo de Alicia Aragón
10 Idem
11 Vide ABC 24/04/2023
12 Vide ABC 08/06/2023
“¡A POR EL BUENISTA!”, por Carlos Mª Bru Purón.
Se ha hecho cotidiana -y recalcitrante- la etiqueta de “buenista” para todos quiénes -tildados de tal- osan enfrentarse al orden establecido, justo o no.
Como porteador del “buenismo”, el imputado incurriría en un pecaminoso proceder que los conservadores británicos ya denunciaron como do-gooder.
El “buenismo” pululaba en nuestras charlas, pero tardó en ser acogido por la RAE, cuya edición de 2015 lo introdujo con cautela: “Actitud de quien ante los conflictos rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con excesiva tolerancia”. (Nuestra Academia salió por la tangente, el epíteto de “buenista” apedrea con mayor virulencia, al así llamado se le imputa socavar nuestros valores).
¿Están esos valores a elogiar y -en su caso- defender, tan sólo representados por vocablos tales como “bondad”, “caridad”… pero que cuando, un paso más, inciden en “solidaridad” (en lo social) o “sostenibilidad” (en lo climático), son ya vituperables?
Sí, porque quedan investidos del ropaje verbal a la medida: “buenismo”, encarnación del mal.
Veamos -entre otros muchos- un reciente ejemplo de esa estrategia. En el exitoso, y por varias razones, encomiable libro de que es autor el Coronel de Reserva Pedro Baños, “La encrucijada mundial”[1], se dedican abundantes páginas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -hoy integrados en la llamada Agenda 2030-, aprobados con 193 votos positivos en la Asamblea de Naciones Unidas de Septiembre de 2015. Pues bien, el autor comenta positivamente algunas propuestas, pero no es remiso en tachar de “buenista” un “progresismo anclado en ideologías trasnochadas”[2], una “ideología del globalismo” del que “la izquierda y la extrema izquierda se han apoderado (…) convirtiéndola (la Agenda 2030) en una bandera, que les sirve para arroparse ideológicamente, a falta de mejores luchas que emprender”[3].
Sin que en dicho autor -siempre matizadamente, como corresponde a una obra de calidad- se minusvaloren curiosas imputaciones de “masonerismo” u oposición “al modelo de vida occidental”[4] dedicadas a la Agenda por otros comentaristas.
Y si pasamos al análisis individualizado de referidos 17 objetivos y su desenvolvimiento en 169 metas, la tan mencionada obra del Coronel Baños nos habla de una “nueva religión”, la “cooperación internacional”, respecto de la que es duro en su crítica, por entender que la ONU a su vez protege “grandes multinacionales que antes eran conocidas por su voracidad” hoy rescatadas por la Organización; y que “buena parte de las izquierdas que hace un par de décadas protestaban contra los poderes globalistas, como el G7 y el Foro de Davos, ahora las aplauden bajo la mágica transformación realizada bajo la Agenda 2030”[5].
(Una nueva artimaña derechista, resucitar colosos lejanos y por tanto inasibles -ahí Soros, Sachs, reuniones Bilderberg, etc.- como autores únicos de injusticias próximas, siendo en gran parte responsabilidad de nuestros poderosos de acá. Y evade el autor el hecho de la, necesaria para el progreso, adjunción de ciertos poderes fácticos, sobre todo económicos, en todo caso sujetos a un Derecho en continua formación, hoy proactivo, mañana coactivo y por tanto delimitador de excesos).
Y en su crítica a susodicha Agenda, se refiere a un “supuesto derecho de migrar (…) fuente de problemas como la marginalidad, (…) la inseguridad e incluso el terrorismo”[6]. O conculca la previsión de migraciones consecuencia del cambio climático, denunciando la “destrucción de los valores occidentales, en beneficio de una posterior hegemonía global”[7].
O recae en la más facilona demagogia, como cuando asevera: “no deja de ser hipócrita que los teóricos mayores combatientes contra el cambio climático viajen en jets privados hasta Davos o las cumbres medioambientales”[8]. Más aún, cuando se lanza a “aventurar (…) que habrá quien siga defendiendo a ultranza la Agenda 2030, más que por cuestiones filantrópicas y humanitarias, por intereses personales y razones meramente prácticas, pues aquella será ya su modo de vida”. (¿Adiós ONGs?).
Acabáramos con repetido texto: <<(…) se ha demostrado que el buenismo es sumamente pernicioso para la evolución personal y para la convivencia social, por lo que debe ser neutralizado y desactivado. Haber sustituido bondad por buenismo es una gran perversión de las relaciones humanas y no es fruto de la casualidad, sino de la necesidad de manipular con el moralmente ostentoso disfraz de la “bondad”>>[9].
Así que -concluyamos por nuestra parte-, si gradualmente por Baños, de una vez y a lo bruto por otros, se defiende la “bondad” porque “es lo nuestro y lo de toda la vida” y se vitupera el “buenismo” porque es “cosa de progres”… atentos, le sigue un “¡a por ellos!”
[1] “La encrucijada mundial. Un manual del mañana”, Ed. Ariel, Nov.2022
[2] Ob.cit, pág. 492
[3] Ídem, págs. 506 y 510
[4] Ídem, pág. 509
[5] Ídem, pág. 513
[6] Ídem, pág. 517,
[7] Ídem, pág. 522
[8] Ídem, pág. 529
[9] Ídem, pág. 548
“Juristas y conservadores”, por Carlos María Brú Purón.
Pedro González-Trevijano, Presidente del Tribunal Constitucional (TC) ha dicho recientemente que “los juristas somos casi todos gente conservadora, porque el Derecho es también una ciencia conservadora”[1].
I.- Se comprende -excusa total- la incorrección terminológica obrante en una entrevista apresurada: el Derecho no es una ciencia, es un comportamiento complejo articulado científicamente.
Así pues, ¿quid conservador? Fácilmente se distingue, de lo pretendidamente objetivo “las cosas siempre han sido así”, al claramente subjetivo “que me quede como estoy”. Y, ciertamente, quienes desde la Tribuna o el despacho adoptan tal actitud, son numerosos y potentes en España.
Eso sí, con resultados curiosos, donde se acabe aceptando lo antes repudiado. Ejemplos hispánicos no faltan.
Veamos algunos de ellos, p. ej., en el campo del Derecho de Familia.
A) Divorcio: cancelado por el franquismo el regulado en 1932, rescatado en plena transición post-Dictadura por el Ministro socialdemócrata Fernández Ordoñez a partir de una corta mayoría parlamentaria [muchos de sus correligionarios de UCD y Alianza Popular, (AP) en bloque, votaron en contra], el Proyecto persistió e incluso fue facilitado en sucesivas legislaturas. Y ello hasta el punto de que en 2015 un Gobierno del Partido Popular, (PP) -heredero de AP- propuso y consiguió la máxima facilidad para practicar el divorcio consensuado, el celebrado bajo autorización notarial.
B) Aborto: la Ley Orgánica 9/1985 bajo Gobierno PSOE, que lo despenalizó en tres supuestos, fue recurrida ante el Constitucional por el PP; y extendida la permisividad al ocurrido durante las 22 primeras semanas, provoca a su vez total voto en contra y recurso al Tribunal de Garantías: todo ello desemboca -aparte su legal permanencia actual- en el programa electoral de dicho partido en 2011, que lo admite tan solo en los 3 supuestos causales y, gobernante el PP en 2013, hace público un Anteproyecto en tal sentido. Pero de golpe y porrazo lo retira poco después, con los congruentes disgusto y dimisión del entonces Ministro Alberto Ruíz-Gallardón Jiménez.
C) Matrimonio igualitario: aprobado por la Ley 13/2005 con voto en contra masivo del PP; por 50 Diputados de este partido se interpone un Recurso ante el TC, no falta una manifestación tumultuosa auspiciada por el mismo… y hete aquí que en septiembre de ese mismo año el Presidente del Gobierno, Sr. Rajoy Brey y su esposa, asisten públicamente al matrimonio celebrado por el dirigente de su partido D. Javier Maroto con otra persona del mismo sexo.
(Y se dirá que esto es muestra de flexibilidad y cortesía del correligionario, pero cabe aducir que bastaba una felicitación y hasta un regalo privados, esa llamativa presencia es una advertencia a los seguidores de que todo rechazo depende de según y cómo, y -sobre todo- de quién).
Las anteriores pinceladas para una determinada materia jurídica (caben muchas más, de índole económica, medioambiental, plurinacionalista, no olvidemos el Sr. Aznar cuando hablaba “el catalán en la intimidad”, etc.), son suficientes para que todo observador se pregunte: ¿merecen la pena contundentes votos negativos, largos alegatos jurídicos, costosos recursos jurisdiccionales, ruidosos y hasta violentos choques callejeros, tanta pérdida de tiempo y baldío esfuerzo para que, quien había de “quedarse como estaba”, mire ahora a otro lado, el “siempre fue así” lo siga siendo pero, “las cosas cambian, qué vamos a hacer”?
II.- ¿Es el Derecho conservador en sí?
Insistamos en dejar sentado que el Derecho no es una simple ciencia, es un comportamiento social científicamente articulado, e históricamente es un propósito en continua andadura, cuyos pasos -machadianamente- crean sendas hacia un fin común: justicia.
Y si los jurisconsultos -prioritariamente los legisladores destinados a regular y los Jueces destinados a garantizar- se mantienen siempre y rematadamente constreñidos al “que me quede como estoy”, están dando la espalda a esa Justicia prevalente.
Peor aún, se hacen cómplices de la marcha hacia un temible objetivo: el que muestra el más reaccionario y hasta sociópata personaje literario, el Naphta de Thomas Mann[2], cuando enarbola, con regodeo, el vaciamiento, la muerte definitiva de la Justicia.
III.- Felizmente, y para España, no son así las cosas.
No en vano habitamos un “Estado democrático y social de Derecho”, menos aún si nuestro vigente texto constitucional contiene un artículo, el 9º (apartado 2º), a cuyo tenor “ corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
Este precepto, tomado, e incluso con mejoría, de su homólogo italiano (su Constitución art. 3, apart. 2º), inauguró en nuestro país -y como necesario atributo de la entonces recién recobrada Democracia- el impulso reformador que positiva -“promover”- y negativamente -“remover”- toca al ejercicio de un Derecho, no sólo ciencia, también acción.
Algo que deja muy atrás, realmente es lo opuesto a ese conservadurismo que los -son muy dueños al respecto- conservatistas existenciales quisieran “sambenitear”, un Derecho de por sí promocional y reformista social.
IV.- Y si el Sr. Magistrado conservador precisase de andamiajes doctrinales a tales dos vertientes del Derecho, baste recordarle -seguro él los conoce- lo que algunos de los más significados juristas del S. XX han aportado al respecto.
A) En cuanto a la función promocional del Derecho, el italiano Norberto Bobbio se remonta nada menos que al iusnaturalista Ch. Thomasius (S. XVII) para entender que mediante “sanciones positivas como negativas”, “normas de conducta o de organización”, “Dº privado y público”, “forma una nueva imagen: la del ordenamiento jurídico como ordenamiento con función promocional” (…) “tratando de hacer necesaria, factible y ventajosa la acción querida”[3]. ¿No les corresponde a los juristas coadyuvar a esa triple función?
B) Y si localizamos tal función promocional al cambio económico, procede no olvidar al jurista A. Predieri quien -conferencia en Madrid 1977- nos dice del texto italiano que “debe garantizar la realización de los valores de la persona y la participación, o sea, una Democracia efectiva (…) promotor (a) de las transformaciones y de los procesos económicos y sociales (…) en una interpretación evolutiva del Derecho”[4].
No ajeno a ello fueron nuestros artículos constitucionales 128 (“riqueza del país fuera cual fuere su titularidad, está subordinada al interés general”) y 131 (“el Estado mediante ley podrá planificar”): todo ello redunda en una inevitable “economía mixta (…) para la defensa, la expansión de la Democracia”, de que el también italiano F. Galgano nos habla.[5]
Y si de nuestro país ascendemos a la Unión Europea (UE) en que el mismo está integrado, tampoco se puede prescindir de esos “servicios especiales de interés general” (salud, educación, consulta en empresa, etc.) que, como “valores comunes de la Unión (….) en la promoción de la cohesión social”, han de velarse por la UE, a tenor del artículo 14 del Tratado de Funcionamiento (TFUE) de carácter obligatorio en cuanto a su desenvolvimiento por los Estados miembros (arts. 14 TUE y 36 Carta Derechos Fundamentales de la UE).
¿Tendrá aquí el Juez “necesariamente” conservador (ope auctoris Sr. González-Trevijano) que contradecir los Derechos positivos español y comunitario, y así negarse a la aplicación de unas normas que -retengamos otro autor, J. Rawls[6]– que compensen unas “desigualdades inmerecidas (…) por lo que habrán de ser compensadas”?
Chi lo sa (…), a un servidor, jurista, le toca ser conservador. Nuestro Presidente -caducado ope legis y prorrogado ope facti- del Tribunal Constitucional, así nos lo ordena: “¡no se desmanden Vds!”
[1]Vide El País, 01/09/2022
[2]Vide Mann, Th. “La Montaña mágica”, Ed. Edhasa 1997, pag. 947
[3]Vide Bobbio N., “Contribución a la teoría del Derecho”, Ed. Torres, Valencia 1980, pags. 368, 376 y sgte.
[4]Vide Predieri A., en Revista en Dº privado 1978, transcrito en Alzaga, O., “La Constitución española de 1978”, Ed. Foro, Madrid 1978 pags. 136 y sgte.
[5]Vide Galgano F., “Las instituciones de la economía capitalista”, Valencia, 1980 pag. 81 y sgte.
[6]Vide Rawls, J., “Teoría de la Justicia”, Ed. FCE, 1971, pag. 123
No derogar la Amnistía, sí respetar el Derecho Internacional.
(Carlos Mª Bru Purón)
30 Noviembre 2021
I.- Curiosamente, con un lapso de días, he de remitirme a nuestro añejo Código Civil y su artículo 2º, apdo. 2, para deshacer la versión simplista, cuando no sectaria, del concepto jurídico “derogación”: versión tendente a convertir en portazo lo que no es sino la puerta al continuo devenir jurídico que sustituye, modifica o complementa normas.
(En el anterior caso[1] respecto al Proyecto de Ley de Reforma Laboral. Hoy, respecto del Proyecto de Ley por el que se introduce una Enmienda de Reforma y Adición a la Ley 52/2007 de Memoria Histórica al efecto de denominarse de “Memoria Democrática” y debida alusión a los principios generales de Derecho anteriormente omitida)
Vayamos al Código: “No tendrá (la derogación…más) alcance que expresamente se disponga y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley nueva, sobre la misma materia, sea incompatible con la anterior”
Como veremos, ni la Ley de Memoria Histórica de 2007, ni la proyectada de Memoria Democrática condujeron entonces ni intentan hoy, en modo alguno, conducir a la derogación total o parcial de la Ley 46/1977, 15 de octubre, de Amnistía.
II.- Simplemente, aquella Ley mantuvo silencio, no rechazo, en cuanto a la necesaria remisión al Derecho Internacional convencional y consuetudinario que ha de respetarse y, para ello, mencionarse. Lo que -a saber si por ignorancia o por atención a otros datos fácticos del momento- la Ley de Amnistía obvió.
En efecto , seis meses antes de la promulgación de dicha Ley de Amnistía, concretamente el 27 de abril -con efecto desde 27 de julio- de dicho 1977, España había ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos acordado ya en el seno de Naciones Unidas en 1968. Pacto cuyo artículo 15, apdo. 1 establece -como no podía ser menos- el principio nulla poena sine lege, pero seguido de un apdo. 2 que añade: “Nada de lo dispuesto en este artículo se opondrá al juicio o a la condena de una persona por actos u omisiones que, en el momento de cometerse, fueran delictivos según los principios generales del Derecho reconocidos por el Derecho Internacional”. ¿Si no, cómo se habría juzgado y condenado en Nuremberg durante los años 1.945/46?
Evidentemente -y así lo han ratificado legislaciones de ámbito global- el texto del Pacto se refería a los “crímenes de humanidad” asimismo reconocidos por la ONU en su Resolución de 11 de diciembre de 1946, tales “asesinato, exterminio (…), deportación (…) contra la población civil o persecución por motivos políticos (…) en conexión con cualquier crimen contra la paz (…).” Doctrina corroborada por amplísima jurisprudencia también internacional y de la que cabe citar muchos ejemplos, tales las Sentencias del TEDH, Chipre vs. Turquía, Kolk y Kislyiy vs. Estonia, Korsakov vs. Moldavia; las de Latinoamérica, CIDH, Velazquez vs. Hondura, Babamaca vs. Guatemala, como -recordémoslo bien- las españolas AN Pinochet 1998, TS Scillingo 2007, AN Moyano vs. Leprich & allia 2008, etc., etc.
III.- En otro artículo mío en este digital[2], consideraba yo la necesaria inclusión de la política represiva del franquismo en el catálogo de crímenes de lesa humanidad para los que Naciones Unidas -y por consecuencia, multitud de Estados- eximen de la regla general de irretroactividad penal.
Y en efecto, examinadas legislación, jurisprudencia y mera práctica represoras llevadas a cabo por la Dictadura, pocas dudas cabían y caben al efecto.
Transcribo mis propias palabras: <<¿Hará falta desplegar mucha técnica jurídico-creativa para considerar tipificables de “lesa humanidad” conductas como las de un Régimen nacido de rebelión frente al Gobierno legítimo y cuya inmediata legislación criminaliza con carácter retroactivo las “responsabilidades políticas” (Ley de 09/02/1939) exigibles hasta a los simples “afiliados a los Partidos” objetos de persecución, o “reprime” (sic) también retroactivamente la adscripción a “la masonería y el comunismo”, pero en el articulado extendida a “(…) troskistas, anarquistas y similares” (Ley 01/03/1940); o extiende la Ley republicana de Vagos y Maleantes (para aseguramiento y atención de los que están en una situación), a castigo para los que tienen determinada condición (“homosexuales”, Ley 15/07/54) o pertenecen a cierta etnia (“gitanos”, Orden Ministerio Gobernación, 1955)? Y si a eso le agregamos las 114.456 personas acreditadamente asesinadas desde el Alzamiento y hasta mucho después del 01/04/1969, las más de 450.000 personas (2% de la entonces población española) que se libraron huyendo, la media anual de 350.000 presos por “delito político” desde el 39 a los 50s, la cifra probable de 30.000 niños arrebatados a sus padres, los trabajos forzados, la depuración masiva de maestros y demás funcionarios por “desafección al Régimen” (Ley 10/02/39), … parece indudable que por el carácter planificado, sin subterfugios, descaradamente impreso en BOE’s y circulares de todo tipo, fielmente ejecutado por Tribunales de toda índole y jerarquía, de esa labor represora, parece -repetimos- que la misma encaja al dedillo en la figura penal del delito de lesa Humanidad.>>
Y por nota, aclaraba yo que <<indagaciones posteriores (Preston, Casanova, Espinosa y Ledesma, Luengo y Aizpiru, etc) nos hablan de cerca de 140.000 los fusilados, de los que 1/3 tras la victoria>> y hacía yo tener en cuenta que <<-como comprobé en Actas notariales que autoricé a requerimiento de familiares para el cobro de indemnizaciones (permitidas por la Ley 5/1979 modificada por Ley Presupuestaria 4/1990), que la mayoría de los partes médicos de postguerra encubrían el fusilamiento como “paro cardiaco”, “efusión sanguínea”, etc.>>
IV.-Evidentemente, la incursión del factum (acción humana) en el ius (norma) conllevaba para los autores o cómplices de tales procederes la aplicación automática de esa norma condenatoria criminal.
La ratificación española del Pacto en Abril comportaba la sujeción al mismo de la Ley de Amnistía, posterior en meses. No se hizo, y nuestros Tribunales callaron. Pero no evitaron la aplicación de la Justicia Universal por el Juzgado Federal nº 1 de Buenos Aires, que en su momento inició procesos contra varias personalidades del Régimen anterior, la mayoría fenecidos. Y es de destacar la loable actitud del ex Ministro Martín Villa quien, al parecer, se ha prestado a declarar ante la titular Jueza Servini de Cubria respecto de los sucesos de Vitoria 1976 , por cierto al parecer más imputables a otra jerarquía de aquel tiempo que al de dicho ex Ministro.
V.-Resumía en aquel texto -y resumo hoy- que hay delitos contra la Humanidad basados en el ius cogens sancionados por los Tribunales de todas las Naciones civilizadas, y por ende España, corroborado por nuestra adhesión al Pacto de Derechos Humanos (por cierto ya se anunciaba así, aunque en términos poco claros, en la Disposición Adicional 2 de la Ley de 2007).
Y esto -ni menos, tampoco más- es lo que contiene la modificación -nunca derogación, sí adición- de la Ley de 2007 a través de la actual propuesta del Gobierno Español que, inserta en una futura Ley de Memoria Democrática, dirá así: “Todas las Leyes del Estado Español, incluida la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía se interpretarán y aplicarán de conformidad con el Derecho Internacional convencional y consuetudinario y, en particular, con el Derecho Internacional Humanitario, según el cual los crímenes de guerra, de lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideración de imprescriptibles y no amnistiables”.
Repito, ni menos ni más de lo que implícitamente ya era Ley por España desde el momento, abril 1977, en que se ratificó el tan citado Pacto de Derechos Humanos, y con ello la norma que en el mismo consta acerca de la permanencia -hasta su resolución judicial- de los delitos de lesa humanidad. Norma indiscutible e indiscutida por doquier, pero que en nuestro país -año difícil el 77- se soslayó pero que nadie a su vez intentó -habría sido grave ataque al Derecho Internacional- rechazar.
VI.- Se produjo, pues, un vacuum legal, que el futuro texto de Ley de Memoria Democrática, caso de ser aprobado, remediará.
Y remediar es poner las cosas a punto, ni eliminarlas ni, por reflejo, eliminar buenas medidas como la que, en grado máximo, proporcionó a los españoles la Ley de Amnistía.
San Sebastián de los Reyes, 30 Noviembre 2021
[1] Vide “Reforma laboral: ¿se deroga o se modifica?”, Diario Progresista Digital 06/11/2021
[2] Vide “La justicia universal actúa ya frente al franquismo”, Diario Progresista 25/09/2013
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“La injusticia se hace inane”,
por Carlos Mª Bru Purón.
27 octubre, 2021
Cuando alguien se empecina en mantener una contienda de contenido ambiguo y de objetivo meramente autosatisfactorio, parece que lo más hábil por parte del pretendido contrincante está en cortar por lo sano, “Vd. dirá” y, a otra cosa, mariposa. Veamos si tal táctica es aplicable a nuestra belicosa actualidad política, y en la que el Covid-19 parece ser provechoso alimento antigubernamental.
I.- Al pretendido garrotazo que una exigua mayoría del Tribunal Constitucional entendió daba al Gobierno de la Nación declarando -Sentencia del 14 de julio últimonulas las medidas de confinamiento tomadas para contrarrestar el entonces galopante contagio del Covid-19, y ello mediante la inenarrable decisión jurisprudencial de detraer del campo de las “alteraciones de la salud” que (art. 4 b) es el propio del estado de alarma para aterrizar en el de “desorden público” (art. 13) propio del de excepción… cabe, sí, la respuesta gubernamental de un “sálganse Vds., Sres. Magistrados, con la suya, mariposa a otro vuelo”. Ciertamente -y tal como recomendaba yo en el reciente artículo aparecido en este digital[1]-el Gobierno debería recurrir la Sentencia ante el Tribunal General de la Unión Europea en base a los principios de “proporcionalidad”, “limitaciones necesarias de interés general” (¿la salud no atiende a él?) contenido en la Carta de Derechos UE: veremos si se lleva a cabo en beneficio de medidas futuras. Pero, lo más grave, advertía yo -y otros autores- era la amenaza de una riada de reclamaciones administrativas derivadas en judiciales, que, al amparo del Fundamento 11, punto 2º, a), b) y c) del Fallo de la Sentencia, se avecinaban para satisfacción de expectantes bufetes y sobrecarga de Administraciones y Tribunales.
II.- Y hete aquí que, inesperadamente, para sorpresa de los Sres. Magistrados votantes en favor del Informe González-Trevijano y para desilusión de los numerosos despachos profesionales ya a la carga, el Poder Ejecutivo pone la vista en el mal menor atinente a órdenes procesal y económico de toda la Nación, y decide motu proprio el cese de los expedientes(se dice que más de un millón) sancionadores y devolución de oficio del importe de las multas (parece que más de 170.000) cobradas. El procedimiento busca la mayor simplicidad en sí -en todo caso ajeno a pasillos y togas- y al empecinado litigioso se le procura, se le induce, a dejarnos en paz. De donde aquella injusta sentencia contra medidas que a su vez -junto con la vacunación- habían procurado el descenso radical de la pandemia en nuestro país, fue una sentencia que, satisfactoriamente, y mediante una valiente maniobra gubernamental, ha pasado a la categoría de inane.
III.- Pero la mariposa, parece que con pezuñas, no va a otra cosa, vuelve al lugar de origen. De una parte, tenemos la por publicar Sentencia de 05/10/2020 por la que el Constitucional atiende la demanda del Grupo Parlamentario Vox -sí, el que paradójicamente había votado en favor y que suspendió la asistencia de 49 de sus miembros tras la afección de Covid a Ortega Smith-, Sentencia que impugna el Acuerdo de la Mesa del Congreso de 19/03/2020 por el que se dejaron en suspenso los plazos de iniciativas parlamentarias y que no impidió la celebración de Comisiones y varios Plenos así como de respuestas a 1.000 preguntas individuales. Para esta segunda Sentencia, la decisión de la Mesa “vulnera la participación política”. (Por cierto, el Magistrado Narváez, Ponente de la misma mantuvo ab initio la posición contraria y a la vista del derrotero de la mayoría de sus colegas, cambió radicalmente el texto). Pero lo importante es que, lo celebrado, celebrado está y lo no celebrado, no: ¿qué consecuencias prácticas ha de tener el condenar judicialmente la omisión de Sesiones Parlamentarias durante los peores momentos de la pandemia? Aparte de lo que de regañina tiene, el firmante de estas líneas no llega a vislumbrar otros efectos. Sentencia también inane, esta vez de por sí.
IV.- Pero aún queda otra Resolución de nuestro alto Tribunal en respuesta a un nuevo recurso de Vox (que también había votado afirmativamente algunas de las prórrogas) y por el que se revoca la decisión parlamentaria de establecer un nuevo confinamiento durante otros 6 meses. A falta de noticia del contenido del texto, cabe preguntarnos si su Fallo impondrá también la anulación de sanciones gubernativas. Al también Ponente Narváez y colegas votantes cabe decidir si -ausencia de sanciones- la Sentencia será tan meramente declarativa como la del 5 de octubre, o si reitera la anulación de sanciones que impuso el 26 de julio.
Pero en este caso la previsible, por congruente, revocación de sanciones por parte del Gobierno, la convertirán también en inane, pero eso sí, tras pérdida de tiempo y de confianza por parte de los españoles en unas Instituciones más atentas a conflictos doctrinarios que a los riesgos de un contagio masivo cual el del Covid-19. [1]Bru, C. Mª “Pandemia en vivo, cascada judicial”, 18/08/21
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“Reforma laboral: ¿se deroga o se modifica?”,
por Carlos Mª Bru Purón.
6 noviembre, 2021
I.- Se ha hecho omnipresente en los comentaristas -quizá para rellenar ratos perdidos- dilucidar si hay divergencia entre el propósito de derogar la Ley 3/2012 de Reforma Laboral (medida anunciada en el llamado “Acuerdo de Coalición progresista” de 30/12/2019 que dio lugar a la formación del actual Gobierno) y las llamadas “modificaciones” que el mismo ha remitido el 27 de abril último a Bruselas en su “Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”, en cuyo texto se prevé sustituir medidas concretas de la repetida Ley del 2012 por otras a promulgar.
La discusión es baladí, mucho tiempo acortaríamos si tuviésemos en cuenta un viejo precepto, simplemente el art. 2º del Código Civil español (¡año 1889!), donde se nos dice que “la derogación tendrá el alcance que expresamente se disponga y se extenderá siempre a todo aquello que en la Ley nueva, sobre la misma materia, sea incompatible con la anterior.” (¿No hemos aprendido que, salvo la obrante en “artículo único”, toda ley derogatoria es puntual, está íntimamente enlazada con modificaciones concretas?)
II.-Uno de los temas del día, objeto de estas líneas, es el de la permanencia, abrogación o simple modificación de la llamada “prevalencia del Convenio de Empresa respecto al Colectivo o sectorial”. La Ley 3/2012 modificó el Estatuto de los Trabajadores al establecer en su artículo 84.2 -mediante uso de una indigerible terminología-la “prioridad aplicativa” de aquel tipo de Convenio interno sobre el externo o sectorial, habitualmente pactado con los Sindicatos.
Tras persistente e innegable cruce de opiniones entre varios titulares de Ministerios, incluso de Vicepresidencias, del actual Gobierno, la posición actual del mismo es -textualmente- la siguiente: “El Gobierno está comprometido con la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos que establece el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea (…) . (…) el Gobierno busca, a través del diálogo social un acuerdo con todas las partes justo y equilibrado. Esta voluntad es la mejor garantía de obtener una reforma duradera dentro del acuerdo establecido con la Comisión Europea en el Componente 23 del Plan de Recuperación”[1].
Y el Componente 23 nos anuncia unas “nuevas políticas públicas para un mercado de trabajo dinámico, resiliente (nota bene propia, ¿no abusamos de este adjetivo, creado por el divulgador Boris Cyrulnik?) e inclusivo”. Cuyo Componente queda explicitado como un modo de “abordar los distintos problemas que abarca el mercado laboral español, (…) modernizar la negociación colectiva, (…) favorecer la invención e impulsar la creación y crecimiento empresarial, (…) apoyo al emprendimiento y en particular a las startups tecnológicas, adoptando las mejores prácticas internacionales para hacer de España una Nación emprendedora” (más nota bene: ¿y dichas prácticas en los países de la UE no son las de prevalencia del Convenio laboral interno junto con sistemas -de que hablaremos- de cooperación capital/trabajo en el decisionismo básico de la empresa misma?).
Y sigue el Plan: “La mejora del funcionamiento del mercado laboral español (exige) un conjunto de reformas que aborden la dualidad y resuelvan los desequilibrios arrastrados del pasado”. Y recordando que las empresas españolas con menos de 50 trabajadores representan el 93% del total y el 72% del empleo, el Plan concluye por la necesidad de “modernizar el marco normativo laboral, con el fin de adaptarlo a la realidad del siglo XXI y apostar por un marco de flexibilidad y seguridad que garantice la eficiencia económica y la calidad del empleo”. Por lo que, “en línea con las recomendaciones a España por las distintas Instituciones, este programa (…) incluye la modificación de las políticas activas de empleo y de la negociación colectiva, así como el desarrollo de un nuevo mecanismo de ajuste interno de las empresas alternativo al desempleo (para) adaptar el marco de las relaciones laborales y los mecanismos de concertación social a las necesidades del proceso de digitalización”.
III.- ¿Y la atención a ese proceso de digitalización, teletrabajo, conciliación, inteligencia artificial, sostenibilidad y defensa de la biodiversidad, etc., no comportan un decisionismo -también en lo laboral- adherido al entorno de la empresa en sí, -más aún- a su interioridad?. Se hace imprescindible en cada empresa una cercanía decisoria entre accionariado y trabajo. Derivada, a su vez, de una auto-significación de cada empresa, factor a reconocer porque la variedad de sus proyectos y realizaciones es lo que distingue la naturaleza -y previsible destino- de sus decisiones a tomar.
Y ocurre que la famosa “prioridad aplicativa” de los Convenios sectoriales, genérica y absoluta, contraviene esa cercanía, ya que los órganos sectoriales -ej., Sindicatos- son, no obstante su permanente calidad, en gran parte ignorantes y por tanto ajenos a las medidas que, incluso en lo laboral, ha de tomar toda empresa orientada hacia el futuro.
He aquí que no sea disparatado mantener una cierta prevalencia de Convenio de Empresa cuando atañe a varias e importantes facetas de la relación laboral, por supuesto no al simple “descuelgue salarial” unilateral que, ciertamente, pretendió la Ley de 2012.
IV.- Pero precisamente es en el peso del asalariado en el campo interno del decisionismo empresarial mismo, a través de mecanismos como el de una democratización interna de sus órganos, donde radica la concertación más conveniente en pro del éxito de la empresa. Somos muchos y son varios los Ordenamientos jurídicos estatales proclives a mecanismos por los que, en proporciones prudentes, el accionariado y el asalariado tengan la representación adecuada, bien mediante el Consejo de Administración mixto, bien mediante la dualidad Consejo de Administración / Consejo de Vigilancia.
Ello nos lleva a la recuperación de aquel término y aquella realidad de una “cogestión”[2], para tantos demodée o fruto de caducas democracias cristianas de los años 60, pero que, curiosamente, es realidad en los países escandinavos (ej., Suecia) y Alemania, en manos de empleados (en sendos países, y respectivamente, atribución del 1/3 y el 1/2 de los votos en Consejo) para las empresas a tenor del capital social y del número de los mismos, siempre a favor de más participación cuanto más envergadura económica. Sin olvidar el proyecto comunitario europeo contenido en el Reglamento 2157/2001 y la Directiva 86/2001, ésta conocida como la de “implicación de los trabajadores en la Sociedad Anónima Europea”, proyecto malogrado por la oposición -era tema sometido a unanimidad- del entonces Presidente del Gobierno español José Mª Aznar[3].
Y no se tachará de conservadurismo ni cabe aplicarle esos epítetos al economista francés Thomas Piketty, el promotor del socialismo participativo, cuando en sus recientes obras “Capital e ideología”[4] y “¡Viva el Socialismo!”[5], afirma que “la cogestión se traduce en una mayor eficacia dentro de las empresas”, puesto que la “deliberación y participación no sólo en las diversas formas de vida cultural, económica, cívica y política” sino en la “gobernanza empresarial” lleva “a una mejor implicación de los empleados (…) y, en última instancia, a una mayor eficiencia económica y social”.
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[1] Comunicado del Ejecutivo de 02/11/2021
[2]Vide, entre muchos, Bru Purón, CMª, “Gestión obrera, cogestión y autogestión”, nº extraordinario de “Cuadernos para el Diálogo”, Madrid Octubre 1966.
[3]Vide BruPuron, C.M. « Un sonoro título para una nimiedad jurídica: La Sociedad Anónima Europea” en “Liberamicorum Marcelino Oreja Aguirre”, Ed. Cinterco, 2009, págs. 295 y sgtes.
[4] Ed. Planeta, 2019, págs. 591 y sgtes.; 1148 y sgtes.
[5] Ed. Deusto, 2021, págs. 137 y sgtes
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Pobreza y Exclusión social: Enfermedades de la Sociedad Actual
Rosa Martínez Rodríguez
17 noviembre 2021
Pobreza y Exclusión social: Enfermedades de la Sociedad Actual – Rosa Martínez Rodríguez, concejala (PSdG-PSOE) en Ourense
Que poco se habla de pobreza, crisis…? Y que pocas veces ponemos una cara cercana, aunque las hay y muchas.
Cuanta gente a nuestro alrededor con graves carencias y deficiencias, lo está pasando francamente mal.
Cuantos niños/as en la mayor necesidad, primero por la fuerte crisis económica y cuando nos estábamos recuperando por esta pandemia derivada de la COVID-19. Cuando hablamos de pobreza en ocasiones pensamos en el tercer mundo y cada vez más podemos comprobarlo a nuestro alrededor.
Contenidos
Pobreza y Exclusión social: Enfermedades de la Sociedad Actual
Las colas del hambre en España
Soluciones a un problema complejo
La situación en Ourense
La pandemia agrava la situación
Pobreza y Exclusión social: Enfermedades de la Sociedad Actual
Según un informe del Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) aumentó al 26,4%, desde el 25,3% en el año 2019, y el 7,0% de la población se encontraba en situación de carencia material severa, frente al 4,7% del año anterior.
En Galicia el 24,3 % de la población estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social en el año 2019. En el último año, Galicia es una de las cuatro regiones que ha aumentado su tasa AROPE, con un incremento de 1,3 puntos porcentuales, el cuarto más elevado de todas las comunidades autónomas.
Cada vez podemos hablar más de pobreza infantil en España, 1 de cada 3 niños y niñas están bajo el umbral de la pobreza. La pobreza infantil es un término muy complejo y afecta a los más vulnerables de la sociedad, los niños por si solos, no pueden revertir el salir de una situación de pobreza.
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño establece la necesidad de poner en marcha acciones para aumentar las oportunidades y capacidades de la infancia para salir del círculo de la pobreza. El interés superior de la infancia obliga a considerar la pobreza infantil como una prioridad en la lucha contra la pobreza a nivel global.
Las colas del hambre en España
Cada vez más en España hablamos de la cola del hambre, pero sabemos que es? En las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, etc.) es donde más las podemos ver.
Forman parte de las más de 100.000 personas que reciben algún tipo de ayuda alimentaria de las redes vecinales madrileñas desde el inicio de la pandemia. También reciben ropa, objetos de aseo personal, junto con otros utensilios de primera necesidad, tal y como podemos apreciar en las fotografías realizadas por mí durante la semana del puente del Pilar de este mismo año, a pocos metros de la Puerta del Sol, Km Cero de España, en pleno centro de la capital de España.
En España, un millón y medio de familias dependen hoy de las colas del hambre, y necesitan ayuda para poder comer, o sea, lo que supone uno de cada doce hogares en un país con más de 18 millones de hogares, necesitan ayuda para llenar su nevera, según los últimos datos del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria).
Cabe destacar que en el 2 ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible) de la agenda 2030 nos habla de la erradicación de estas colas, su objetivo: Poner fin al hambre, pero el mundo no está bien encaminado para alcanzar el objetivo de hambre cero para el 2030.
Al mismo tiempo, es necesario llevar a cabo un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial si queremos alimentar a más de 820 millones de personas que padecen hambre y a los 2000 millones de personas más que vivirán en el mundo en el año 2050. El aumento de productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible son cruciales para ayudar a aliviar los riesgos del hambre.
Soluciones a un problema complejo
Pero, que se puede hacer desde una óptica socialdemócrata para conseguir este fin? El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero declaró en el año 2014 que se podría erradicar la pobreza extrema. Podría ser un objetivo alcanzable para la humanidad en quince años, si se destinaban más recursos a este fin.
Para ello sostenía en el año 2014, el 1% del PIB (Producto Interior Bruto) mundial tenía como destino programas de cooperación al desarrollo, pero si esa aportación creciese al 5%, ese objetivo se conseguiría en muy pocos años.
Para alcanzar estos objetivos defendía erradicar la desigualdad del desarrollo de nuestro planeta, causante de la gran brecha entre el Norte y el Sur, que produce grandes paradojas y contradicciones. Esta desigualdad ha seguido aumentando en los últimos treinta años, con niveles preocupantes en América Latina.
Para acabar con las desigualdades, proponía el expresidente introducir políticas públicas que mejoren las relaciones laborales, que cambien el papel de los sindicatos, permitiendo una mejor negociación colectiva.
También proponía mejorar los salarios mínimos en los países, defendiendo que si estos salarios son dignos pueden convertirse en una “palanca para la creación de la igualdad”
También sostenía que “Un país no es un mercado y menos un negocio” sino “una comunidad política”, “se necesita el principio de solidaridad y de responsabilidad compartida”.
La situación en Ourense
¿Qué pasa en nuestra provincia, a lo largo de estos últimos 38 años en los que lleva gobernando esta provincia la saga Baltar? Y en nuestra ciudad?
Hemos retrocedido en todos los parámetros que nos comparemos con otras provincias, de nuestro entorno, en cuanto a la pobreza. Casi un 40% de los hogares de la provincia vive en su totalidad del dinero que percibe a través de las prestaciones públicas -incluyendo jubilaciones-. Casi un 18 % de las familias vive por debajo del umbral de la pobreza, también un índice que la sitúa a la cabeza de la comunidad autónoma.
Estas son dos de las principales conclusiones extraídas de la “Enquisa estrutural a fogares” que el (IGE= Instituto Galego de Estadística)” dibuja el panorama exacto en el que se encontraban las familias ourensanas antes de los efectos de la pandemia, que según los agentes sociales, se han multiplicado las carencias.
La pandemia agrava la situación
La situación se agravó durante el confinamiento, aumentó mucho la demanda. Había mujeres que cuidaban personas mayores que quedaron en el limbo, según los datos del Centro de Desenvolvemento Rural Portas Abertas, que da cuenta de la inmensidad de la crisis Covid-19.
Lo que es un evidencia es que con esta crisis se ha perdido mucho empleo. La gente necesita ayuda ya que muchos de los afectados vivían en una economía sumergida que se ha resentido mucho más en estos momentos, palabras de María Tabarés, directora de Cáritas Ourense. Hay ourensanos que aún no se recuperaron de la anterior recesión
económica.
La desigualdad y las diferencias cada vez son mayores o se han agrandado con esta crisis sanitaria y puede que mucha gente no recupere sus trabajos que eran precarios, debemos hacer políticas de fomento y recuperación del empleo.
Se podría poner muchas propuestas encima de la mesa para erradicar estas tasas enumeradas anteriormente. Me conformo como socialdemócrata, con que se cumpla el 80% de la Estrategia Nacional de Prevención y Lucha contra la pobreza y la exclusión social aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros en el año 2019.
Pobreza y Exclusión social: Enfermedades de la Sociedad Actual – Rosa Martínez Rodríguez, concejala (PSdG-PSOE) en
Ourense
LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD DESPUÉS DE LA PANDEMIA Viernes 10 de septiembre, 2021 19h/7pm (Madrid) Ateneo de Madrid, Salón de Actos
La economía y la sociedad después de la pandemia
10 sep 19:00 h. Conferencia organizada/o por Sección de Pensamiento Marginal en: Salón de Actos
Secciones de Pensamiento Marginal, de Ciencias Sociales y de Información y Comunicación. La economía y la sociedad después de la pandemia. Intervienen Ramón Tamames y Antonio Miguel Carmona. Introduce Ilia Galán. Presenta José Luis Cordeiro. Modera Odilo Domínguez. Salón de Actos. 19h
ENTREVISTA A ANTONIO MIGUEL CARMONA EN EL DIARIO MONTAÑES 26 de junio de 2021
El Gobierno de la Nación ha aprobado una ayuda de 320 millones de euros para la fusión de dos agencias de viaje. Las artes escénicas, propiamente dichas, facturaron, el último año antes de la pandemia, 160 millones de euros. La mitad. Con estos datos he pensado en irme al país más lejano posible, Nueva Zelanda, y ocultar, a cualquiera que me pregunte, que soy español.
Lo digo porque nuestra cultura ubérrima bien parece, sin embargo, un ñengo sin alimento rodeado de ñomblones a los que nada importa el teatro o la música, la danza o simplemente la lectura.
El Miércoles Santo compartía café en una terraza cercana a la Plaza de Colón con un gran amigo, presidente de una de las cinco más grandes compañías de España. Relatábamos agobiados el hecho de que el Gobierno hubiera dado 320 millones de euros a dos agencias de viaje sólo para fusionarse.
Nos imaginábamos cuántas pequeñas empresas pudieran financiarse, start ups con más posibilidades que experiencia. Podía destinarse ese dinero a la ciencia, imagínense, o a descubrir una nueva vacuna. A la I+D o a la Cultura. A tantos sectores que verdaderamente generan valor añadido, crecimiento y empleo.
Al día siguiente, Jueves Santo, participé a las nueve de la mañana en un programa de Antena 3, ´Espejo público´, magistralmente presentado por la conocida periodista Lorena García. No pude por menos que recordar la ayuda millonaria.
Ese mismo día, a media mañana, pasé frente al Teatro Español. Un gran cartel decía que en pocas semanas iban a estrenar Antígona de Sófocles. Adoro el teatro clásico. Comparto con mi queridísimo amigo, Ignacio Amestoy, una profunda admiración por el drama ático, desde Esquilo a Menandro. “Los enfrentamientos entre los humanos son la esencia del teatro de hoy” ( Ignacio Amestoy, Siempre la tragedia griega, Ediciones Complutense, 2019).
Más tarde, al mediodía, antes de la Hora Santa, estuvimos comiendo en una terraza, cumpliendo todos los protocolos, el genio de Pedro Ruíz, el dramaturgo Natalio Grueso, el actor Javier Quero, el periodista Javier Gállego y servidor. Nada santos ninguno de los cinco. Mientras nos hacían la segunda mejor paella del mundo les dije: -“Sófocles en Madrid”. Antígona, vamos. “Alguno pensará que Sófocles es un jugador de fútbol”, inquirió Pedro. “Del Panathinaikos”, le seguí. Acabamos el inolvidable almuerzo riéndonos de una anécdota de Johannes Brahms (un músico que jugaba en el Bayern hace muchos años) por un asunto que ya contará Quero cuando le plazca y sin citarme.
El dato de los 320 millones de euros a la fusión entre dos agencias versus los 160 de la recaudación anual de las artes escénicas, dio pie a un valle de lágrimas. Mientras separábamos la sepia del grano no parábamos de quejarnos de la situación de la cultura en una país que , sin embargo, fue capaz de copiar la métrica italiana a través de Garcilaso, hacerse universal con Cervantes e incluso a recitar nanas gracias a Miguel Hernández. Contábamos sin cesar la cantidad de obras de teatro que bien pudieran representarse con esos más de trescientos millones de euros de vellón. O los niños que podrían llenar un teatro con su entrada gratuita, agarradita de la mano, para ver su primera obra que jamás olvidarían.
Antes de la pandemia la cosa ya venía decayendo. Si le echamos un ojo al Anuario de Estadísticas Culturales o al Informe de la Academia de las Artes Escénicas de España acabaremos, como Antígona, encerrándonos en una tumba.
Por ejemplo: en 2017 se realizaron en España 49.000 representaciones, frente a las más de 72.000 hace diez años. Eso ha supuesto que, si el número de espectadores ascendió a 13 millones en 2017, hace diez años hubo, sin embargo, 17 millones de butacas vendidas. Otra pandemia, la de la incultura, se ha llevado por delante a cuatro millones de asientos.
¿Y qué han hecho el Estado, las CCAA y los Ayuntamientos? En el período 2007-2017 los presupuestos públicos en Cultura pasaron de 7.000 a 4.700 millones de euros. Ni la Sanidad (que mira que le han hecho daño), ni la Educación (cuyos recortes también fueron vergonzosos), han sufrido tamaña poda.
Para mayor abundamiento, si a los 160 millones de euros le quitamos 110 de musicales (de los que casi la mitad corresponden a las empresas Stage y SOM Produce), quedan 50 millones de euros para el resto. Y si a su vez le restamos los stand-up-comedies (monólogos) y números de magia, nos queda para el ´teatro de palabra´ únicamente 25 millones de euros al año de recaudación. Sófocles en el Panathinaikos.
Y todo ello antes de la pandemia. Porque un estudio de Ernst and Young señala que las pérdidas de las industrias culturales en los países de la UE ascendieron en 2020 a 199.000 millones de euros. Las artes escénicas vieron caer su facturación un 90% (Sófocles incluido). Les recuerdo en este punto que las artes escénicas “sólo” dan trabajo a casi ocho millones de personas en Europa.
Nunca ocultamos nuestra amistad el poeta y exsenador Juan Van Halen y yo (a diferencia de Lorca y José Antonio). Debatimos quién de los dos bandos tiene una pléyade más ignorante y aturdida. Cada uno pensamos que los propios. (No se pierdan su último libro de poemas).
¡Qué Sófocles! Porque ya si hablamos de los nuevos creadores, su vagido ni se percibe ante el estruendoso ruido de los insultos en sede parlamentaria. O las tertulias bipolares. O los realities costumbristas a los que nunca me acostumbraré.
¡Pero qué se puede esperar de un país en el que Vicente Aleixandre insistía que no cambiaran tras su muerte el nombre de la calle donde se erige la casa donde vivía, Velintonia, y no se les ocurriera poner el suyo! Casa que yo, siendo concejal, propuse convertir en Hogar de los Poetas. Pues nada, cambiaron el callejero y Velintonia fue sustituida por la calle Vicente Aleixandre. ¿Y no pudieran haber puesto su nombre a la que ahora se llama Martínez Campos como yo propuse sustituir el nombre de la Plaza Vázquez de Mella por la de Pedro Zerolo?
El caso es desleír nuestra cultura. Y menos mal que no cayó en manos del Ayuntamiento de Palma porque lo mismo hubieran confundido a Esquilo con un militar franquista. O Castells, el ministro de Universidades propuesto por Pablo Iglesias, que es capaz de fusilar al autor de La Regenta en la Guerra Civil más de treinta años después de su muerte. ¡El ministro de universidades!
Aquí solo se sostiene aquello que es inmarcesible. Las piedras. Nuestro patrimonio arquitectónico. Y, a veces, ni eso. Que tiramos de nuestros monumentos como jerapellinas que no dan más de sí.
El caso es que al final todos nos sentimos un poco Sófocles, a quien su hijo denunció por demente para quedarse con la herencia. En la audiencia, el dramaturgo se defendió diciendo: “Si estoy loco no soy Sófocles y si soy Sófocles no estoy loco”. Para acto seguido recitar de memoria ante el tribunal su Edipo en Colono.
Sófocles, a diferencia de Esquilo, puso al hombre en el centro de la escena. Le dio protagonismo al tercer actor. Logró dar el gran salto que luego continuaría Eurípides. Pero entonces gobernaba Pericles. Ahora no.
Cuando fui candidato a alcalde de Madrid puse como primer capítulo del programa electoral la cultura. Y, de forma destacada, que Madrid fuera la capital del español en el mundo: “Nuestros pozos de petróleo es la cultura”, dije (perdón por la cita).
La noche en la que amanecía Viernes Santo no me podía dormir. Busqué en You Tube Antígona y me encontré con la película de Irene Papas. Con la que soñé. Aunque Irene tiene ahora 94 años y, como Eurípides o Esquilo, es inmortal.
Castíguenme por réprobo. Me llamarán ñuzco. Pero no estoy de acuerdo con que el Gobierno de la Nación suelte 320 millones de euros para la fusión de dos agencias de viaje. 53.244 millones de pesetas, oiga. Frente a los 160 millones de euros que recaudaron las artes escénicas. Para irme de este país.
En fin, no les caerá esa breva. He visto un reportaje sobre Nueva Zelanda y he comprobado que es un país ordenado, limpio, progresista y aburrido. Así que nada. Que le den a Wellington y a sus alrededores. Me vuelvo imaginariamente a mi Malasaña de mis entretelas que me vio nacer. Que, como aquí, no se tiran las cañas en ningún lado. Y, además, allí no ponen tapa.
Entre Sófocles o Irene Papas no tuve dudas con quien iba a soñar. Tenga la edad que tenga. Sófocles, pobre, debe estar camino de la Moncloa para preguntar qué hay de lo mío. La cultura. En el fondo qué hay de lo nuestro. Lo nuestro. Lo único que es nuestro.
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INTERVENCION XAVIER MARIN, VICEPRESIDENTE DE SOCIETAT CIVIL CATALANA, EN TWITER EN DEBATE CON EL REPRESENTANTE DE LA ANC
ELECCIONES CATALUNYA 14 FEBRERO2021
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"Los ataques gratuitos a Illa y a VOX les dá más relieve mediático"
"Colaborar con los partidos constitucionalistas: sí. Dejar que ellos marquen la linea de SCC: no"
"Illa brilla, porque el resto de candidatos son muy mediocres"
"La independencia es egoismo económico y supremacismo cultural"
"Los políticos actuales se destacan por la falta de coherencia en tre lo que dicen y lo que hacen"
"NO habrá referendum por la independencia NUNCA"
¿QUÉ TORTILLA HACEMOS CON ESTOS HUEVOS? EL GOVERN POST 14-F
Vayamos por pasos. Primero reconociendo que los grandes ganadores de la noche electoral son el PSC, con 33 escaños (+16) y VOX, con 11.
La medalla de oro al gran perdedor es para CIUDADANOS, 6 diputados; que con la pérdida de 30 escaños, ha regado la aparición de VOX y el crecimiento espectacular del PSC.
A pesar de que el miedo al COVID pueda haber influido en la abstención, esta no se diferencia mucho de la del 2006 y 2010, cuando los virus se llamaron “Estatut que nadie pedía” y “Tripartito del Dragón Kan”
Recordando a los clásico ahora nos preguntaremos ¿Qué hacer¿
El bloque constitucional, con todas las reservas de adscripción que quieran hacerse, 61 escaños; no suma ni de lejos
Un Tripartito III: PSC+ERC+ECP = 74 escaños; provocaría un cisma en las propias bases de esos partidos. Ya no hablo de mantener la coherencia de sus líderes sobre sobre la palabra dada, que nunca me creí.
Lo peor que nos podría pasar ahora es la reedición del Govern Bipartito de ERC+JUNTS.
ü 4 años más de bronca política a cuenta del “fet diferencial”.
ü 4 años más de inseguridad jurídica para las empresas que optarán por la deslocalización y la pérdida de empleo.
ü 4 años más de enfrentamiento civil a costa de la lengua; la colonización de entidades y asociaciones regadas con buenas subvenciones que salen de nuestros impuestos.
ü 4 años más de indigencia intelectual y mediocridad política, no hay Cataluña que los aguante.
La opción menos gravosa y perjudicial para el bien común y la convivencia pacífica es que el PSC, partido ganador en votos, tuviera la generosidad y la suficiente inteligencia política como para ofrecerle a ERC un apoyo coyuntural para la investidura de Aragonés, con la condición de mantener fuera del Govern a los muchachos de Puigdemont, que siguen entre tirados al monte y subidos a la parra.
Un Govern de ERC en minoría, que se viera obligado a negociar cada nueva ley que quiera legislar y que se fuera cociendo en su propia salsa.
Los herederos de CDC, partido estructurado desde el pesebre institucional, con los recursos del Govern y las mordidas del 3%. Una “organización criminal para delinquir” según la propia calificación de la sentencia judicial que les condenó; no aguantaría la travesía del desierto sin engrase económico que le sustente. “Sense calerons” que es la argamasa que les une, acabarían disolviéndose como partido y sus diputados se irían fugando, buscando albergue que les diera sombra entre la CUP y ERC.
Aun así, déjenme reconocer que los resultados han sido nefastos para los constitucionalistas, que esperábamos que los frustrados secesionistas de la DUI y de la #RepubliquetaC@tqueno existeixidiota, hubieran aprendido algo. El desarrollo de Cataluña será un seguir escarbando en el pozo, hacia abajo.
Xavier Marín Portavoz de LÍNEAS ROJAS/VICEPRESIDENTE DE SOCIETAT CIVIL CATALANA/EX MIEMBRO DEL CONSEJO NACIONAL DEL PSC
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'El cuento de Claudia' de Mari Ángeles Solís
09.02.2021
Cuando cerraba los ojos veía paisajes con niebla en los que se le antojaba haber vivido alguna vez. Sus recuerdos manoseaban el calendario intentando encajar en el tiempo aquellos momentos soñados, pero no era posible. Simplemente, se engañaba. Claudia se equivocaba. Acaso, sentir que había perdido sus alas, la obligaba a encerrarse en un mundo aparte, sólo suyo, fuera de toda realidad.
A Claudia le gustaba hacer suyo el otoño, adentrarse en él, poseerlo... como si cada hoja caída fuese un jirón de su alma. Como si cada hoja seca formase parte de las páginas que nunca escribió.
Hacía años que había renunciado a escribir. Las reglas de una sociedad decadente la encasillaron en una vida vulgar. O, tal vez no...Lo que para otros era normal, para ella era vulgar. Y ahora se encontraba encerrada en una cárcel, de oro... pero cárcel, al fin y al cabo.
Recordaba cuando todas sus amigas, plenas de juventud, se fijaban en hombres jóvenes. En cambio, ella no. Hasta para eso era la "rara" del grupo. A ella le gustaban los hombres de más edad, no "viejos" como se burlaban sus amigas. A Claudia le importaba poco el físico de los hombres, era su inteligencia lo que la atraía. Eso hizo que su matrimonio fuera distinto, puede que algo aburrido, pero especial.
Claudia prefería un marido que, cuando desviaba su vista, lo hacía para adentrarse entre las páginas de un libro, naufragar entre sus historias o mantener con ella largas conversaciones sobre arte.
Salía poco, al principio no le hizo falta... aunque el tiempo fue cicatrizando su soledad.
Su antigua pasión por escribir la llevó a vivir en sí misma las historias que imaginaba pero que sentía que era incapaz de plasmar en un papel.
Por eso se escapaba. Por eso salía noche tras noche, sola, intentando encontrar alguna luz. Andaba y andaba por las calles antiguas, embriagándose del olor a añejo que deja el pasado en las piedras húmedas de escarcha. Le gustaba sentarse en las plazoletas solitarias, en sus bancos inermes, mientras se fumaba un cigarrillo mirando cómo vacilaba la luz en los faroles. Su corazón palpitaba como quien espera la muerte. Sentía el frío en su cuerpo mientras se imaginaba que podía ser la última vez. Cuando salía de casa, observando la indiferencia de su marido, venía a su mente el mismo pensamiento: "puede ser el último paseo". Aquella escena se repetía día tras día, y en las noches se sentía libre callejeando, soñando con encontrar la luz.
Aquella noche, el otoño empezaba a decir adiós. Un viento frío azotó las persianas anunciando el frio invierno. En una esquina del salón, su marido, como siempre, absorto en un libro. "Me voy", dijo Claudia. Pero él no respondió. Ni siquiera alzó sus ojos para verla salir. Caminó por las calles vacías. Su sombra la perseguía e intentaba engañarla en una confabulación absurda con los faroles de luz mortecina. Aquella noche no tenía ganas de juegos. Llegó a la plazoleta donde le gustaba sentir la oscuridad. Sentada en uno de los bancos de piedra, encendió un cigarro y vio cómo el humo formaba una pequeña nube ilusoria que la transportó, nuevamente, a aquellos paisajes con niebla. Y, entonces, oyó un correteo y unas risas. Desde la esquina, una niña la miraba de una forma inquietante.
-¿Qué haces ahí? -gritó Claudia.
-Nada... he visto que estabas triste y no sabía cómo acercarme.
-¿Cómo te llamas?
La risa de la niña volvió a llenar la plaza, de un modo persistente. Era una risa de felicidad, de alguien que no tiene preocupaciones, la risa de alguien libre.
-Anda, ven y dime cómo te llamas.
-No importa -dijo la niña -lo importante es que pueda darte algo.
-¿Algo?, ¿el qué? -preguntó Claudia confundida.
El silencio se hizo dueño de aquel instante. Claudia miró a la niña. Llevaba pantalones vaqueros y zapatillas de deporte desgastadas. Se abrigaba con un plumón donde intentaba esconder su cabecita para resguardarse del frío y bajaba su barbilla para que el viento helado no rozase su cara. Le recordaba a alguien, sobre todo, ese gesto de esconder la cara. Sí, ella misma, de niña, solía hacerlo... había algo en aquella niña.
-Mira, llevas un cordón desatado. ¿Cómo es que a estas horas no estás en tu casa?
-Es que me gusta saltar por los adoquines de las calles y se me desatan.
-¿Y por qué no estás en tu casa?
-¿Por qué no estás tú en la tuya? -respondió la niña de un modo que a Claudia le pareció absolutamente insolente. Pero se armó de paciencia y continuó la conversación.
-Me gusta ver anochecer paseando por estas viejas calles. Cuando me siento en esta plaza triste, una nostalgia extraña se apodera de mí.
-Pero esta plaza no es triste. Aquí la única triste eres tú -aseveró la niña, sin mirarla a la cara, mientras hacía rayas con el pie en el suelo.
-Todavía no me has dicho cómo te llamas -volvió a insistir Claudia.
-¿Cómo habrías querido tú llamarte?
-¿Y eso qué importa ahora? -dijo Claudia sorprendida.
-Mucho...porque el nombre por el que quieras que se te reconozca será el que traslade lo que hay en tu interior.
Claudia empezó a sentirse molesta en aquel diálogo con la niña desconocida. Ella se sentía vacía y atrapada en su presente. Mientras que esa extraña presencia la colocaba en el lugar exacto de su vida, ese en que tuvo la posibilidad de elegir, elegir un camino, su camino.
-Me voy -dijo la niña a la vez que Claudia la sujetaba del brazo para impedirlo.
-Antes has dicho que podías darme algo, ¿a qué te referías? -pero apenas pudo terminar su pregunta.
La niña soltó su brazo de la mano de Claudia y empezó a correr. Entonces, se detuvo y ahora sí que la miró a los ojos.
-Ahora ya sé lo que puedo darte.
-¿Te espera alguien en casa?, ¿están allí tus padres? -le preguntó Claudia.
-Siempre hay alguien que nos espera, aunque no lo queramos admitir.
Claudia sintió cómo esa frase se colaba en lo más profundo de su alma. La niña siguió alejándose, pero, al llegar a la esquina de las risas se volvió y le dijo: "No te olvides de escribir esto"
¿Qué había querido decir aquella niña?, ¿Qué es lo que podía darle? Esa noche, cuando regresó a casa, un nerviosismo extraño se apoderó de ella. No pudo dormir. Daba vueltas y vueltas en la cama, las palabras de la niña retumbaban en sus oídos. Y, algo aún peor, aquella niña le recordaba a alguien... sí, le recordaba a ella misma, cuando tenía su edad.
Estuvo todo el día ansiosa porque llegara la noche, necesitaba volver a la plaza y reencontrarse con lo que estaba empezando a considerar un fantasma del pasado. Quería saber la verdad, ¿Cómo sabía aquella pequeña su anhelo de escribir?, ¿Qué era ese "algo" que podía darle?
La noche empezó a caer sobre la ciudad y Claudia apresuró sus pasos hacia la plaza. Tenía que encontrar a la niña, tenía la certeza de que la pequeña volvería. Había una conversación pendiente entre ambas.
El frío se colaba por todos los rincones y metía su barbilla en el cuello del chaquetón para que el viento helado no le impidiese respirar. Ya en la plaza, se dirigió hacia el banco donde siempre se sentaba para esperar a la niña pero, aquella noche, el banco ya estaba ocupado. Una anciana de cabellos blancos se había sentado en él. Claudia se acercó delicadamente y le preguntó:
-Perdone, ¿ha visto por aquí a una niña?
-En esta vida has de aprender algo, mujer: si buscas algo, es que no es para ti. Sin embargo, aquello que llega sin esperar y se acopla en tu vida será lo que realmente te pertenezca. No se trata de buscar, sino de encontrar. El valor está en lo que te encuentras en tu camino, no en lo que buscas.
Claudia permanecía callada, escuchando a la anciana que miraba hacia el suelo observando la luz mortecina de los faroles.
-Señora -dijo Claudia, rodeando con su brazo el cuerpo de la anciana -va a coger frío sentada aquí.
Ni siquiera entonces la anciana levantó la mirada para observarla. Se dejaba abrazar por Claudia que estaba preocupada porque no cogiera frio a esas horas de la noche.
Escuchó un suspiro brotando de los labios de la anciana, una palabra ininteligible que ella creyó escuchar en esos labios consumidos por la vejez, su nombre. Creyó escuchar "Claudia", mientras su mano sentía la tentación de acariciar aquel rostro lleno de arrugas. La tenue luz de los faroles agonizó, dejando la plaza a oscuras.
Claudia sintió cómo un escalofrío recorría su cuerpo. La anciana, se levantó del banco con cierta dificultad agarrándose a un bastón. Ni aún entonces la miraba.
-Voy despacio a casa... allí me esperan. Igual que a ti -dijo, dirigiéndose hacia la bocacalle por la que, el día antes, se oían las risas de la niña.
-Señora, tenga cuidado, apenas se ve, no hay luz -dijo, con cierto nerviosismo, Claudia.
-No hija, no hay problema. Si no hay luz, tampoco hay sombras que te confundan. Así podemos ver las cosas con más claridad.
Alzó la mirada para despedirse de Claudia. Entonces los vio, vio aquellos ojos que le recordaron aquellos paisajes con niebla en los que se le antojaba haber vivido alguna vez. Y tembló.
Parada en medio de la plaza, paralizada por el frío y por lo que había ocurrido, observó como la anciana se alejaba, se volvía lentamente y le decía: "No te olvides de escribir esto"
Durante unos minutos creyó que todo lo había soñado, lo de esa noche y lo de la noche anterior. La niña y la anciana se habían despedido de ella con la misma frase. "No te olvides de escribir esto". Un extraño impulso la hizo regresar a casa, corriendo, casi sin aliento...
Cuando llegó a su hogar, no lo pensó dos veces. Mientras escuchaba la voz de su marido decirle: "me alegro que estés aquí, ya te esperaba...", ella abría el ordenador y escribía sin parar. Pasada media hora, sintió el aliento de su compañero que había leído todo lo que había escrito hasta el momento. "Es precioso, Claudia. Es muy bueno". Claudia sonrió y acercándose despacio a él, le dijo:
-¿Qué título pongo?
-Sin duda alguna, esa historia ya tiene nombre, es "El Cuento de Claudia".
Escribió el título en el encabezado, se sentaron en el sofá y se abrazaron... Claudia cerró los ojos y en ese momento vio con toda nitidez aquellos paisajes con niebla en los que se le antojaba haber vivido alguna vez. Sólo que, ahora, lo hacía después de escribir en su cuento todo lo que había marcado su alma. Se abrazó a su amor, aquel amor que siempre había dado color a sus alas, aquel amor que... ¡siempre la esperaba!
Mari Ángeles Solís del Río. Nacida en Jaén en 1977. Estudios de Derecho en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la capital jiennense. Aunque, paralelamente, fue desarrollado su gran vocación que no es otra que escribir. En el año 2003 consiguió el VI Premio Provincial de Poesía "Federico Mayor", por su libro Raíces. Ha publicado poemas en la revista Claustro Poético, además de diversas colaboraciones en otros libros como, por ejemplo, en la antología A Federico Mayor por la Paz de la Institución Literaria Nacional Federico Mayor Zaragoza, o Tierno Galván, el mejor alcalde de Madrid de Nicolás Ferrando y cuya presentación corrió a cargo de la Fundación Socialdemócrata. En la actualidad es colaboradora de la revista cultural La Mar de Onuba y en Diario Progresista.
Participación en la Antología "de las sogas de la felicidad, del amor, por ejemplo: para no vencernos nunca", con el escrito "La Encrucijada", antología dirigida por Antonino Nieto Rodríguez de la editorial Lastura.
Participación en la Antología "Un tiempo fuera del Tiempo", con el escrito "Llegó para poseernos", antología coordinada por Antonino Nieto Rodríguez y Ramón G. del Pomar, de la editorial Ocho y Medio, Libros de Cine.
Otras colaboraciones:
"In Memorian", artículo en la obra Todo por Madrid Biografía Autorizada de Antonio Miguel Carmona (2017), en la que participan Luis Alberto de Cuenca y Carmelo Encinas.
"La huella imborrable del Viejo Profesor", artículo en la obra Arganzuela: Atocha, Delicias, Legazpi (2018).
"Poema a Tierno" que cierra la obra Tierno Galván, el mejor alcalde de Madrid (2019), en la que participan Juan Barranco, Luis Antonio de Villena, Virgilio Zapatero, Joaquín Leguina, Antonio Miguel Carmona y José Manuel Franco, entre otros.
"Poema a Pedro Zerolo" que se encuentra en la obra Zerolo (2020), en la que participan José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Fernando López Aguilar, el Padre Ángel y Mónica Silvana González, entre otros.
ARTICULO PUBLICADO EN DIARIO 16 EL 2 DE FEBRERO DE 2021
La Unión Europea y las vacunas
Por
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02/02/2021
Cuando estábamos esperando como agua de mayo las vacunas que nos van a salvar del genocidio que está ocasionando el covid19, resulta que no las tenemos. Todos los gobiernos de la UE han estado durante nueve meses, desde que se decretó el confinamiento, haciendo propaganda del esfuerzo que varias corporaciones farmacéuticas realizaban para obtener una vacuna eficaz contra este enemigo de la humanidad que es el corona virus. El trabajo intenso por “el bien común” a que se habían dedicado los gigantes de la industria de la salud en investigaciones y experimentos constantes, habían dado como resultado que se obtuvieran no una sino cinco clases diferentes de vacunas, según dicen. Y, por supuesto, nuestras autoridades europeas se habían aprestado, con el afán que siempre les guía de atender el bienestar de sus súbditos, a encargar y reservar millones y millones de dosis que nos repartirían inmediatamente que las recibieran. Pero parece que no compraron más que a uno de los laboratorios.
En este trocito de la Península en que acaba la UE, los gobernantes locales, llevados por el mismo afán y deseo de atender el bien común, nos han bombardeado hasta la extenuación con la necesidad de vacunar a la mayor parte de la población, comenzando por los grupos de riesgo: sanitarios, mayores estabulados en residencias que se han convertido en lugares de exterminio, sobre todo en Madrid, personal en contacto con los enfermos y mayores de 65 años.
A principios de enero comenzaron las operaciones de pinchazos en los brazos de los pacientes, cuyas imágenes nos suministraron generosamente las televisiones. Cuando llevaban sólo algunas semanas, cada día nos daban el parte del porcentaje de cumplimiento en cada Comunidad, y dejando de lado la peripecia chusca de que autoridades municipales, cargos del Ejército y políticos, se saltaron la cola y se vacunaron prematuramente con un afán desmedido por precaverse de la infección, el gran escándalo estalló cuando nos enteramos de que ya no teníamos más vacunas porque las farmacéuticas no nos las servían. Se habían acabado. Es imposible suministrar los miles de millones que pretendía la UE distribuir entre sus socios, simplemente porque no las tienen.
La pelea estalló entre las farmacéuticas, los dirigentes de la Unión y el Reino Unido, que ya no es socio, ni siquiera amigo de fiar. Porque el laboratorio AstraZeneca de propiedad anglo-sueca, que está ubicado en Londres no nos va a entregar las cantidades pedidas. Ahora Londres no está por ayudar a los atrasados y pedigüeños continentales pobres, que siempre le han estado pidiendo, por eso se ha hartado y se ha ido, haciendo una morisqueta, y se ha quedado con las vacunas para vendérselas al mejor postor.
Cuando la ilustre presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, le ha reprochado al jefe de gobierno británico el incumplimiento del convenio, que al parecer incluso está firmado, Boris Johnson ha replicado, en el mejor estilo inglés, que primero tiene que atender las necesidades de los súbditos de su Majestad, y que por tanto a esos europeos mendicantes les enviará el resto de las que le sobren, después de haber vacunado a los ilustres británicos.
Porque la gran potencia europea que ha construido la Unión, según los pomposos títulos que a sí misma se da, no tiene capacidad, en ninguno de sus 27 países asociados, cuyo número repiten siempre, para haber construido y mantenido un laboratorio con técnica y eficacia, para fabricar en el inverosímil tiempo de nueve meses, millones y millones de ampollas, ya que la vacuna ha de administrarse dos veces, en el intervalo de veinte días y si no, no hace efecto.
Pero veamos, ¿es que acaso alguien cree ese eslogan de que la Unión Europea es una gran potencia económica e industrial? Contemos la mayoría de los países asociados, comenzando por el sur del continente: Malta, Grecia, Chipre, Italia, España, Portugal; seguimos ascendiendo hacia el norte y tenemos Luxemburgo, Irlanda, Estonia, Letonia, Lituania, y al Este, República Checa, Rumania, Eslovenia, Croacia, Polonia, Bulgaria, Hungría. Nos quedan en una situación decente pero nada superior, sobre todo por la cantidad de población que albergan, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Austria. Los cinco juntos no alcanzan 50 millones de habitantes y en consecuencia su PIB es el 10% del de EEUU. En resumidas cuentas, esas decenas de paisitos, salidos de las ruinas de la II Guerra Mundial, instalados precariamente en unos cuantos miles de kilómetros cuadrados a que los han reducido las escisiones y destrozos de las agresiones imperialistas, son incapaces de construir una industria potente. Nos quedan Francia y Alemania, que, como vemos, presumen más de lo que pueden cumplir.
Ha quedado de manifiesto que en la primera gran crisis a que tiene que hacer frente la Unión Europea todo lo que ha presumido en cincuenta años se queda reducido a los rugidos de un tigre de papel. Resultaba patético ver en la comparecencia televisiva a la Presidenta de la Comisión, la señora Von der Layen y al Presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, indignados, con las mejillas coloradas y las venas del cuello a punto de estallar, exigiendo al laboratorio AstraZeneca que cumpliera sus compromisos.
Pero, ¿qué ha sucedido en estos nueve meses desde que se enteraron de la pandemia –no desde que estalló que fue mucho antes- para que los dirigentes europeos, recién instalados en sus sillones, que no elegidos puesto que no los votamos, no hubieran sabido ni fabricar ni contratar seriamente las vacunas que según dicen necesitamos para sobrevivir? Con toda evidencia el laboratorio AstraZeneca, radicado en Londres, se las ha vendido al gobierno británico, y si le sobran puede ser que se las proporcione a EEUU, que debe pagarle más que la UE. Es patético leer que la UE va a poner vigilantes en las fronteras para que las cajas con los viales no se nos vayan en camiones o trenes o barcos camino de países donde no son tan tacaños como esta Europa. Las dos Irlandas ya han puesto el grito en el cielo.
El economista Juan Torres explica que si el proceso de vacunación está siendo un desastre en la Unión Europea es porque esta ha planteado mal, desde el principio, la lucha contra una pandemia que va a terminar provocando, como se sabía que iba a ocurrir, la crisis económica más grave de la historia contemporánea.
Cuenta Torres que el laboratorio AstraZeneca, tiene un curriculum plagado de fraudes, incumplimientos y malas prácticas asociadas a su posición cuasi monopolista en los mercados. Los responsables del desastre en el que se hallan los países europeos no son los laboratorios sino las instituciones europeas: “La Unión Europea en su conjunto no ha sabido o no ha querido asumir que la pandemia de la covid-19 es un problema mundial y que como tal debería haberse enfrentado. Se ha sumado al «sálvese quien pueda» de los países más ricos, en lugar de entender que una emergencia planetaria como la que vivimos requiere medidas de cooperación global y que solo con eficacia, cooperación, solidaridad y equidad se puede combatir realmente a un virus que no entiende de fronteras.”
Afirma Torres que la Unión Europea ha actuado desde el inicio de la pandemia anteponiendo los intereses financieros a los sanitarios. Pero como es habitual identifica “toda” la UE con Alemania, la gran potencia que se beneficia del mercado que suponen los 400 millones de consumidores de los otros 26 países, y que es hegemónica no solo económica sino políticamente también, y así ha mantenido su estrategia particular de compra.
Sólo diez de los países ricos, donde no estamos los pobres españoles, disponen del 75% de la producción de las vacunas. Para qué hablar de lo que está sucediendo en los llamados “países en desarrollo” que no pueden pagar los precios que exigen las multinacionales de la farmacopea.
“La Unión Europea ha procedido con oscurantismo a la hora de contratar. Salvo en un solo caso, no se han hecho públicos los contratos a pesar de suscribirlos con dinero público; y solo por error o filtraciones se saben los precios de las vacunas o que se ha renunciado a exigir responsabilidad a las empresas. Una auténtica barbaridad cuando, al mismo tiempo, se ha permitido que el proceso de obtención de las vacunas haya sido irregular y en muchas ocasiones dictado por los intereses financieros de los laboratorios.” (Torres dixit) Lo que se oculta es que la UE está al servicio de los intereses económicos de las grandes compañías multinacionales.
Las autoridades de la Unión Europea ha dado por bueno que empresas como Pfizer vayan a tener unos márgenes de beneficio de entre el 60% y el 80% con su vacuna y, en general, que todas ellas hagan el mayor negocio de su historia gracias a la investigación básica que han realizado instituciones públicas y con el dinero de los gobiernos que ahora no les reclaman el valor generado por sus inversiones. La Comisaria de Salud de la UE miente cuando afirma que el mercado de este sector de producción es muy competitivo. El mercado de las farmacéuticas es en realidad un oligopolio, cuando no un monopolio.
El régimen de propiedad y las condiciones de los mercados actuales no facilita la innovación, ni mejora la cobertura de la salud en el mundo sino que las empeora, entre otras razones, porque las empresas dedican más recursos a obtener rentabilidad financiera que a innovar: en 2017, 2018 y 2019 dedicaron 28.600 millones de dólares a recompras de acciones y 10.000 millones a I+D.
Es una fantasía el eslogan repetido que justifica el sistema capitalista de que la competencia “leal” rige el mercado en beneficio de los ciudadanos. Lo cierto es que las grandes empresas funcionan en régimen de oligopolio sin competencia entre ellas y en buena parte se financian con dinero público, como ha sucedido con la investigación de las vacunas del coronavirus. Es preciso informar verazmente a los votantes de las subvenciones estatales de las que se nutren la mayoría de las corporaciones que se instalan en el territorio de la UE, mientras a la vez se apropian de los beneficios. En cambio, las autoridades europeas están dedicadas a recortar la inversión en bienestar, pensiones, cuidados, educación o salud y en absoluto van a expropiar las patentes cuyo monopolio afecta a la covid-19. Incluso cuando cientos de autoridades, premios Nobel, científicos y organizaciones de todo tipo lo están solicitando. Para combatir la pandemia se necesitaba la puesta en común de todas las patentes, datos, conocimientos y tecnologías disponibles en el planeta; un plan de producción y distribución global con transparencia y a precios reales; y la garantía de que la vacuna se proporcionaría gratuitamente a todas las personas y dando prioridad a quienes están más expuestas, a las más vulnerables y a los países con menos capacidad para salvar vidas.
A los dirigentes de la UE, que son los lacayos del Capital, no les preocupa el bien común ni actúan para salvar vidas porque al Capital no le interesa el bien común sino únicamente el de su cuenta corriente.
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INFORME JURIDICO
Publicado en 2018 en el Anuario Jurídico y Económico Escurialense
LOS PROGRAMAS DE CUMPLIMIENTO PENAL: ORIGEN, CONTENIDO, REGULACION Y EFICACIA DEL PROCESO
MªConcepción Rayón Ballesteros
María Pérez García
Publicado en esta WEB con licencia expresa de las auitoras
En un poema de 1962, censurado en principio por el régimen franquista, Gil de Biedma escribió: “De todas las historia de la Historia/sin duda la más triste es la de España,/porque siempre termina mal. Como si el hombre,/harto ya de luchar con sus demonios,/decidiese encargarles el gobierno/y la administración de su pobreza”.
Es difícil encontrar en la historia de España un pasaje y un paisaje en el que todos estemos de acuerdo. Los errores se suceden por falta de estadistas y exceso de pillabocadillos expertos en coyunturas y jaurías.
Yo soy republicano y socialista, que es como ser doblemente republicano, hijo político de la V República Francesa. Aun así, contemplo con temor los avatares de aquellos cuya experiencia es la de cometer errores y repetirlos como si nada pasara. Veo además con estupor las jaurías que se forman tras ellos que de republicanos, por cierto, no tienen nada.
Los mismos que decían “¡muera el rey!” gritaron después “¡vivan las caenas!”.
El error político del rey emérito marchando del país tras carta expeditiva y dando pábulo a interpretaciones de su huida tiene, es cierto, antecedentes que se repiten en nuestra historia. ¿Quién ha tenido tamaña temeraria ocurrencia?
El rey emérito debiera ser juzgado con naturalidad como todo ciudadano de una nación que merece siempre justicia y no impunidad. Pero eso no es ser republicano… es simplemente ser demócrata.
Otra cosa bien distinta es que el papel de Juan Carlos I como garante de la Constitución y del sosiego político de los españoles es incuestionable. La historia rendirá especial tributo a alguien que supo impulsar la transición y la reconciliación entre dos Españas.
Este asunto nos ha hecho ver que las dos Españas siguen vivas. Aquella, torpe y pelota, que es capaz de justificar, ya no sólo cobrar comisiones en negro, sino durante decenios mirar para otro lado para poner un cortafuegos entre los bienes públicos y los vicios privados.
Y aquella otra España, que se lanza como una jauría, con el vicepresidente del Gobierno al frente, uno de los mayores e insignificantes imbéciles de la historia reciente de nuestro país, títere de servicios de información del exterior, capaz de no respetar la presunción de inocencia de la misma forma que Cromwell tomaba decisiones de espaldas al Parlamento.
Vendrá la República y será traída por la prosperidad. Será cuando sea. Cuando decidan los españoles. Vencerá su imperturbable razonamiento cuando los ciudadanos deseen en tiempo, forma y ley. La República no será traída por independentistas, populistas y periódicos de derechas.
El error del rey de marcharse ha sido aprovechado por fanáticos como Cromwell. Es obvio que el reinado de Carlos I de Inglaterra fue tan insensato como estúpido. Pero no menos cierto es que la alternativa no era Cromwell porque, como un péndulo, traería de nuevo a los monárquicos como Carlos II de Inglaterra y Escocia.
Si los españoles deciden, como deciden, que Felipe VI sea el Jefe del Estado, nadie debe tratar de violentar nuestra ley y la voluntad popular. Y menos algunos medios de la derecha española que se creen que somos tontos. Acompañados por servicios secretos de otros países que están disfrutando como niños contemplando qué poco les cuesta la desestabilización y tener en nómina a algunos.
Cuando dos terceras partes de los españoles creen que la alternativa a Felipe VI es Felipe VI tengo que aceptar que la concordia pasa por la estabilidad en la Jefatura del Estado. El día que dos terceras partes de los españoles decidan que la República sea su forma de Estado, tendrá la otra España que respetar la legalidad y la voluntad de todos.
La que no es una alternativa es Cromwell. Porque tras un golpe como el del Protector, el péndulo de la historia volvería a inclinarse decenios después hacia el otro lado. A mí lo que más me importa es salvar el empleo y la salud de los españoles, el derecho a una vivienda, el fortalecimiento de la sanidad pública, la educación universal y que nadie se quede atrás.
Cuando los monárquicos regresaron al poder, corrieron a la tumba de Oliver Cromwell, le desenterraron, le colgaron de cadenas, le cortaron la cabeza, y la tuvieron expuesta a todos los británicos durante años.
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CONFERENCIA ASOCIACION ESPAÑOLA DE LA SINGULARIDAD
18 DE ENERO DE 2021
BITCOINS BLOCKCHAINS
En pocos años los robots formarán parte de nuestra vida cotidiana. La Asociacion Española de la Singularidad (tecnológica) presenta mañana miércoles la conferencia
*Robótica: aplicaciones y retos*, impartida por la profesora de la Universidad Carlos III e investigadora de RoboticsLab, Concepción Alicia Monje.
Miércoles, 12 de mayo de 2021, a las 19 horas, online, pinchando aquí:
https://meet.jit.si/AsociaciónEspañolaSingularidad
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